María, el nombre de la Virgen, es orgullo, no causa de insulto

La xenofobia es causa de muchas tragedias, pues no hay grupo humano que no esté expuesto a ser blanco de inexplicables odios y persecuciones, como en su momento sufrieron los judíos o ciertos grupos de inmigrantes a Estados Unidos en el siglo XIX.

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Socorristas buscan sobrevivientes en Escuintla, tras la erupción del volcán de Fuego, en Guatemala. Foto EDH/ Cortesía Prensa Libre

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2018-06-04 9:55:02

Por llamarse María, una joven dependiente de un restaurante de comida rápida en Houston, Texas, fue atropellada verbalmente por un salvaje, que le dijo que le pagaba el viaje de vuelta a México.

De unos meses para acá hablar en español o tener nombres hispanos se ha convertido en un estigma en muchas partes de Estados Unidos, dando lugar a que se monten cacerías contra inmigrantes indistintamente de las labores que lleven a cabo o la necesidad que tengan personas de sus servicios, como ancianos que están bajo sus cuidados, talleres, pequeñas empresas, restaurantes… son personas que pagan sus impuestos, que no reciben beneficios estatales, que ni siquiera pueden obtener una licencia de conducir automóviles.

La xenofobia es causa de muchas tragedias, pues no hay grupo humano que no esté expuesto a ser blanco de inexplicables odios y persecuciones, como en su momento sufrieron los judíos o ciertos grupos de inmigrantes a Estados Unidos en el siglo XIX, cuando sucesivamente se les discriminaba: fue el caso de irlandeses, de italianos, de católicos…

La xenofobia viene a ser como un bullying fuera de control, lo que llevó a los campos de exterminio nazis, las razzias de hoy en día en el cuerno del África, las matanzas de tutsis por los hutus, el exterminio de los pobladores indios aborígenes en Argentina por los inmigrantes blancos, indios que han sobrevivido en Chile, los araucanos que enfrentaron a los españoles y están allí como chilenos al día de hoy.

El mayor poder económico y tecnológico del mundo es China, debido a su gigantesca población, un billón y medio de chinos versus los trescientos millones de estadounidenses.

Pero China tiene dos graves limitantes: el primero es ideológico: el régimen chino es una dictadura que se ha declarado comunista creyendo que puede haber un comunismo/capitalista, poder mezclar el agua con el aceite, un dirigismo casi absoluto con la libertad.

Y tan lo creen así y son consecuentes con ello, que el régimen ha enviado a un millón de activistas comunistas, “lavadores de cerebro” a que vivan en los hogares de otra secta irreductible, los musulmanes del occidente del territorio que no van a soltar sus costumbres ni su fe por tener dentro de sus casas a predicadores que pueden abusar de sus hijos y mujeres y robar su sustento.

Si los perros ladran, dijo el Quijote, es porque cabalgamos

Como sucedió en Rusia cuando los comunistas se hicieron con el poder y se metieron en casas y propiedades a dividirlas y, siguiendo su impulso básico, lo que los mueve desde que Marx parió la doctrina, a robar lo que tienen enfrente.

Parcelar casas, edificios, tierras (que colectivizan y en el proceso arruinan como los golpistas del 79 con la reforma agraria).

Como Estados Unidos no va a crecer en población de la noche a la mañana, su mejor salida es formar un bloque económico y demográfico con Hispanoamérica, las naciones al sur del proyectado muro, que contrarreste en libertad el gigante chino sin plena libertad. Y como lo demostró la gesta de los griegos en el siglo V antes de Cristo, que enfrentaron el desafío de los persas, los hombres libres siempre se sobreponen.

Nosotros debemos estar muy orgullosos de nuestra sangre, nuestra fe cristiana, nuestra lengua, nuestros nombres.