Todo marchaba bien en Europa, dijo Ortega y Gasset en alguna de sus obras , hasta que aparecieron los demagogos para engañar, mentir y prometer lo que no cumplen, en la mayoría de los casos con los socialistas antidemocráticos a la cabeza.
No hay país en toda la región que se haya librado de ellos, que no obligue a sus mejores políticos a tener que enfrentar esa guerrilla de la sociedad que socava instituciones, revuelve los ambientes y estorba el trabajo.
Si un líder sensato ofrece diez, el demagogo promete veinte o treinta o más…
Demagogo en medida extrema fue Hitler, que movía las masas alemanas con sus prédicas de odio y los mensajes trabajados por Joseph Goebbels, el padre de la frase de que una mentira repetida mil veces se transforma en verdad.
Goebbels se envenenó con su mujer y sus niños en los últimos días del “Tercer Imperio”…
Chávez, Castro, Correa, Perón, Lula, Rousseff son los lustrosos demagogos de nuestro Hemisferio en las últimas décadas, a los que cabe sumar los demagogos enanos como Funes y los de última cosecha en este suelo.
Embaucan a una parte de la población por una bola de semilla (haciendo creer que el regalo se repetirá una y otra vez), por peluches como los que repartió el exalcalde para recolectar firmas a su favor, por lo que sea, sin pensar que esos regalos son como el gusano al extremo del anzuelo….
Demagogo es un término de los griegos de hace dos mil quinientos años y que se usaba para denominar a los esclavos que llevaban a los niños al colegio. Pues como criaturas sin discernimiento es que se comportan grandes sectores de un país.
En el caso de Hitler, poco tiempo después de su llegada al poder (en votaciones libres, como Chávez, las cuales no se repiten más) Alemania comenzó a ser próspera en la medida de esos tiempos, prosperidad que tenía dos orígenes: la construcción de las autopistas, autobahns, que dieron trabajo a muchos desempleados y más bienes a disposición de los consumidores, no por producirlos Alemania, sino resultado del saqueo de los países que iban cayendo en su órbita, como ahora con la economía nacional, a través de impuestos, 22 nuevos impuestos desde que llegaron al poder con Funes a la cabeza, quien pasó de pequeña casa alquilada a muchas grandes mansiones que dice que “alquila”.
El crimen es consecuencia del narcotráfico en el país
Los estadounidenses tienen una frase que describe muy bien el fenómeno: no hay almuerzos gratis; en una u otra forma se pagan, sea eligiendo a esos mercaderes de ilusiones y sufrir las consecuencias de la falta de escrúpulos de esos desvergonzados, o en un desastre como el que sufren Nicaragua o Venezuela, donde la gente tiene que comer basura para sobrevivir o recibir plomo si protesta.
Las consecuencias del nazismo se conocen: una nación arrasada que arrastró a Europa y al mundo; las del sandinismo están por verse, pero Nicaragua saldrá muy empobrecida. Y de este grotesco episodio uno de los efectos es la intensificación del narcotráfico (el sostén, según ha denunciado Estados Unidos, de venezolanos y cubanos y los países que están en la ruta de la droga, envilecidos y sufriendo de casi incontrolable criminalidad, incluyendo la venta de droga a los locales).