Si no votas, los malos lo harán por ti

No hay democracia sin libertad de sufragio ni dictadura donde los pobladores puedan hablar, escribir o expresarse libremente.

descripción de la imagen

Por

2018-01-28 9:32:07

Todos debemos cumplir con nuestro deber cívico de votar, pues en el caso de los que no voten, los malos lo harán por ellos.

El alcalde de San Salvador y sectores del oficialismo han hecho llamados para que la gente no vote, pues al no votar la gente, continúan los desmanes y la ruinosa gestión.

El voto es el único recurso que tienen los pobladores para calificar a funcionarios, alcaldes, diputados y a un presidente.

Pedir que no se vote o que se anule la papeleta equivale a pedir que se le coloque y se mantenga una mordaza sobre la gente, callarla y obligarla a estar callada sin posibilidad de quejarse, de criticar, de apoyar, de discutir o de rechazar.

No votar o anular la papeleta es igual a meter a alguien en una celda sin posibilidad de escape.
No hay democracia sin libertad de sufragio ni dictadura donde los pobladores puedan hablar, escribir o expresarse libremente.

Creen tener el derecho a decirnos cómo pensar

Al inhibir el voto, el oficialismo pretende continuar en su gran fiesta, usando en su provecho una porción grande de los recursos del país, lo que incluye los nombramientos en puestos públicos a parentelas y amigatelas asignando enormes salarios a personas sin capacidad para desempeñarse con algún brillo.

Se ha denunciado que un gran número de figuras del oficialismo tienen a hijos, mujeres, sobrinos, hermanos, cuñados y amigotes en puestos antes desempeñados por funcionarios de carrera a los que despidieron de la noche a la mañana.

El nepotismo siempre se rechazó en el país, ya que la ley consideraba incompatible que un funcionario colocara parientes cercanos en otros puestos públicos, para impedir que se formaran argollas o redes de corrupción donde unos se tapan con otros.

Bien es sabido que para robar, un corrupto necesita corromper a otros, hasta que se arman las cadenas. Y eso es fácil de entender: si Juan roba y lo nota Pedro en un puesto, Juan puede advertirle a Pedro que si lo delata va a despedir a la prima de Juan que trabaja con él.

Y así, todos cogidos de la mano, como los alpinistas que escalan montañas, no se vienen abajo y el saqueo sigue.

Y si a eso se suma un sistema judicial que a los sinvergüenzas o no les investiga o les “procesa en libertad“ aunque hayan cometido un homicidio.

Que la gente no vote o anule su voto, que se quede callada, que no critique, contrasta con las maniobras que hace el partido de gobierno para que sea únicamente su voz la que se escuche, para lo cual montan griteríos en las calles, insultan magistrados, amenazan a los medios, descalifican las gremiales empresariales y a todo grupo que cuestione u oponga sus abusos.

Mientras tanto, se destruyen documentos, niegan información, blindan a corruptos.

“No votes” o “anula tu voto” es equivalente a pedirle a la gente honesta del país que se deje llevar por individuos que pretenden estar en posesión de la verdad absoluta, una “verdad“ que se les reveló en el momento en que sus complejos sociales tomaron control de sus cabezas y sus sentimientos.

Y a partir de ese instante se creen tener el derecho de decirle al resto de nosotros cómo debemos vivir y cómo debemos pensar.