Quiere saber la Corte por qué el monopolio Sitramss

En ciudades como Quito, Ecuador, y Lyon, en Francia, entre miles en el mundo, los buses articulados operan en calles públicas por donde al mismo tiempo transitan otros vehículos, sin que eso cause el descomunal desorden que se sufre acá.

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Foto: Archivo / Foto Por EDH

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2017-01-30 9:13:00

La Sala de lo Constitucional ordenó a la presidencia revelar en qué condiciones y bajo cuáles atribuciones concedió a un negocio privado, el del Sitramss, las facultades para apropiarse de la Juan Pablo para sus vehículos, monopolizar el uso de esa arteria, excluir otros vehículos, construir terminales excluyentes y partir la ciudad en dos, lo que ha generado los enormes atascos que agobian a los capitalinos y repercuten negativamente en el resto del país.

De una excelente idea del exalcalde Quijano de introducir buses articulados para el transporte público, modalidad que existe en muchas grandes y menores ciudades del mundo, se cayó en la actual aberración: un grupo de caballeros de industria ligados al oficialismo vio la oportunidad dorada de hacerse de un monopolio en su provecho aunque en grave perjuicio de los transportistas, de la ciudad, de transeúntes y automovilistas.

En ciudades como Quito, Ecuador, y Lyon, en Francia, entre miles en el mundo, los buses articulados operan en calles públicas por donde al mismo tiempo transitan otros vehículos, sin que eso cause el descomunal desorden que se sufre acá.

El monopolio del Sitramss, creado por señores ideólogos que se la pasan tronando contra los “monopolios capitalistas” –que sólo existen en sus cabezas– condujo a más aberraciones, la primera de ellas el uso de arterias secundarias, no diseñadas para tráfico pesado, por buses y camiones de carga.

Los que disponen tales barbaridades no consideran que debajo de esas calles corren tuberías de agua potable o semipotable, tuberías de aguas negras que han rendido su vida útil en su mayor parte y que son de cemento, material frágil, y bajo todo eso corrientes de aguas subterráneas.

Las calles además delimitan unas zonas de otras, lo residencial, de servicios, de comercios… pequeñas fronteras que los pobladores van definiendo espontáneamente.

Esas atolondradas decisiones tomadas por un personaje que muy poco entiende de tránsito, calles, superficies de rodaje, drenajes, etc., quedaron expuestas en toda su colosal crudeza con la enorme cárcava del Tutunichapa; el buen señor en sus usuales atolondramientos desvió tráfico pesado sobre esa vía y el subsuelo colapsó.

¿Cuánto costará arreglar ese desastre y los que casi seguramente se van a seguir presentando?

Pero tratándose de un camarada, allí lo mantendrán… los desafueros no los paga el señor de su bolsillo, sino los pobladores de la capital.

De ocurrencia en ocurrencia,
están destruyendo San Salvador

 

 La Sala, como toda la gente pensante, sabe cómo el grupo en el poder adjudica canonjías, monopolios, nombramientos, alzas salariales… a dedo.
Son los tiempos de los dedazos.

Hay quienes dicen que haber tratado con quienes daban fuego a buses urbanos, no prepara a nadie en las complejas cuestiones del tráfico de un país…

Durante la presidencia de Francisco Flores, su ministro de Obras Públicas, Ángel Quirós, duplicó la red de carreteras y las dotó de excelentes superficies de rodaje, además de iniciar la construcción de anillos periféricos, pero por aquello de llevar la contra, oponerse por oponerse, los efemelenistas  armaron un escándalo, llegando al extremo que al llegar a Soyapango una funcionaria izquierdista se amarró a un árbol para no dejar pasar los tractores.

Ni Flores ni su ministro estaban para dañar a nadie ni menos aplastarla, por lo que San Salvador se quedó sin sus anillos periféricos para desgracia de todos.