En grave peligro los empleos que generan varias maquilas

Son quinientos que se van a la calle y, de acuerdo con personas ligadas a las maquilas, peligran los empleos de otros dos mil setecientos solamente en ese sector.

descripción de la imagen

"Te atrapé" contestó la chica al jugador cuando él pidió que borrara el video.

/ Foto Por Tomada de Internet

Por

2016-12-28 6:52:00

Tres maquilas que dan empleo a más de quinientas personas han anunciado que cerrarán a finales de año, pues no pueden cubrir sus costos y menos podrán hacerlo si entran en vigencia los “salarios mínimos” anunciados por el oficialismo para, evidentemente y como se ha denunciado, quebrar muchas pequeñas y medianas empresas y generar más desorden e incertidumbre en el país.

Cuando se le hizo ver a la señora ministra de Trabajo lo que serían las consecuencias de fijar salarios por encima de la productividad de la mayoría de trabajadores del sector formal, ella respondió que esos “cuantos” empleos la tenían sin cuidado. Y la tienen sin cuidado, pues ella se siente muy segura de su empleo, de su salario y de sus prestaciones; los que van a la calle, que se las arreglen como puedan.

Pues son quinientos que se van a la calle y, de acuerdo con personas ligadas a las maquilas, peligran los empleos de otros dos mil setecientos solamente en ese sector, a lo que deben agregarse los miles de empleos que se perderán si sigue lo de los aumentos inconsultos de los salarios, en centenares de pequeñas y medianas empresas y agroindustrias.

Coger a golpes a sectores forzando alzas salariales, imponiendo regulaciones, elevando impuestos como se pretende hacer a las importaciones y persiguiendo “a como dé lugar” a lo que ya opera precariamente encaja con ciertas corrientes de la extrema izquierda que piensan que para “edificar la nueva sociedad sin clases” hay que arrasar con todo, la línea del agitador Centeno y, evidentemente, la de Maduro, que está llevando a Venezuela a la hambruna y la destrucción total.

En cuanto a los que quedan sin empleo, que se sacrifiquen por la gloria de haber contribuido al resplandeciente futuro totalitario, una sociedad cuyo exacto ejemplo en la actualidad es Corea del Norte.

La actitud contrasta dos situaciones: la de los jerarcas que gozan del “buen vivir” y se gastan hasta cincuenta mil dólares en fiestones y canastas navideñas y comidas y tragos y música, con la de la pobre gente que cena sopas de cubitos y que, en Venezuela, tienen que buscar esa cena en los basureros, también mientras Maduro se desplaza en su jet con apliques de oro puro.
 

Un picapedrero puede destruir
lo que tomó siglos levantar

 

Cerrar una maquila, una fábrica, darle fuego a un ingenio azucarero, ametrallar un hato, es relativamente fácil, un arte muy aprendido por la extrema izquierda criolla.

En igual forma, imponer condiciones, impuestos, reglas, etc., que llevan al cierre de una maquila lo puede hacer cualquier desgobierno y cualquiera de sus funcionarios.

Lo difícil es lo contrario: atraer empresas para que se establezcan en El Salvador, que inviertan aquí, que monten su maquinaria, sus ejecutivos, entrenen su personal y afiancen mercados donde vender su producto. Y va a costar más cuando los potenciales inversionistas se den cuenta de que a una ministra, a un gobierno, le importa un bledo que haya empresas que habían venido funcionando pero que ahora, por los costos y las amenazas, deciden irse a otra parte.

Como dijo San Josemaría Escrivá de Balaguer, un picapedrero puede derribar una catedral que tomó siglos levantarla, como ahora, de un plumazo y un decreto pérfido, están para destruir lo que tomó esfuerzo y gran fe levantar.