Jeremías V

Ayer, mientras veía a unos funcionarios presentar un escrito en Hacienda y leía de una fiesta de influencers en la playa, Jeremías V llevaba a los niños de la misión al lago Malawi, a aprender coros.

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El excampeón mundial de la WWE, “Triple H” fue intervenido del corazón y todo apunta que está evolucionando muy bien. Imagen de carácter ilustrativo y no comercial / https://www.wwe.com/gallery/50-coolest-photos-of-triple-h#fid-40376753

Por Carmen Maron

2021-09-09 6:53:36

Búrlense de mí si quieren, pero Twitter es un lugar doloroso para mí. Es difícil ver al que fue mi alumno, al que fue mi vecino, al que conocí como un hombre educado y tímido, destrozados por la sociedad o haciendo cosas con las que no puedo estar de acuerdo a conciencia. Creo que uno tiene que ser de piedra para no sentirse mal cuando a muchos funcionarios jóvenes, su inexperiencia los traiciona. Al final, son seres humanos, algunos a quienes les tuve gran aprecio.
Un amigo, de la nada me sugirió que siguiera a Jeremías V. (@jerevillalbaf, IG @jerevillalba). Yo trato de seguir cuentas de varias tendencias en mi TT, así que lo añadí sin pensarlo mucho. A los días, apareció su primer tuit-¡en Malawi! ¡¿MALAWI?! Por primera vez me fije en la descripción de su perfil: “Me recibí de abogado, pero Dios me pidió abogar por algo mejor...” así que se fue a África de misionero.
Jeremías V es el único en Twitter que tiene activada la campanita. Cuando entro a su perfil, me doy cuenta de que escogió el curul correcto y tiene más poder que todos los gobiernos del mundo juntos. El covid parece no habernos enseñado nada. Seguimos pensando que nos vamos a llevar carros, casas, relojes y joyas. Seguimos pensando que el poder es algo deseable, que nos permite hacer y deshacer. Pero ese virus invisible puede hacer que dejemos todo eso en esta tierra y nos quedemos sólo con nuestra alma inmortal, que es lo que menos cuidamos en esa desesperada lucha por “ser alguien”.
En una época de influencers, de políticos jóvenes, de inestabilidad, de temor, seguir una cuenta como la de Jeremías V es casi necesario para poner nuestra vida en perspectiva. El tema a discutir no es siquiera “es que los quiero ver en la cárcel” o “las van a pagar” o las fiestas y cuántos seguidores tiene alguien en Tik Tok. El tema es que la influencia y el poder que se tengan aquí deben ser usados para el bien, para crear condiciones dignas y justas para el pobre, para buscar la armonía social, para legislar sin odio, sin resentimientos y sin revanchas, para buscar sacar adelante el país, no dividirlo.
Ayer, mientras veía a unos funcionarios presentar un escrito en Hacienda y leía de una fiesta de influencers en la playa, Jeremías V llevaba a los niños de la misión al lago Malawi, a aprender coros. “Ellos nunca habían visto el lago”, escribió. Me pregunté si las funcionarias y los influencers se habían proyectado a diez años-al fin y al cabo, uno puede siempre pensar que está haciendo lo correcto. Pero una cosa sí puedo decir: uno de esos tuits tenía la fe bien puesta en Dios. Y ese tuit estaba en Malawi. Nunca hay que olvidar: el único poder que permanece es el que se usa para la justicia y el bien. Lo dijo el Maestro hace más de 2,000 años.

Educadora, especialista en Mercadeo con Estudios de Políticas Públicas.