La nueva fractura Norte-Sur

Nuevas medidas de controles están adoptadas para los transportes aéreos. Países europeos empiezan en prevenir una situación que podría volver, de nuevo, tensa imponiendo en unos sitios y ciudades las mascarillas.

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El ex candidato a alcalde, Ricardo Alberto Polanco, fue asesinado el 21 de mayo pasado en el barrio San Pedro de Metapán, Santa Ana. Foto EDH / archivo

Por Pascal Drouhaud

2021-08-01 4:54:05

La lucha contra la pandemia entró en su segundo año. Desde el principio provocó tensiones económicas y sociales fuertes en el mundo. Pero más allá de las realidades nacionales, se está transformando en un acelerador de fracturas sanitarias al nivel internacional, propiciando fracturas entre el “Norte”, supuestamente privilegiado por tener estructuras permanentes de desarrollo, frente al “Sur”, que tiene problemas relacionados a su emergencia económica o una situación de problemas permanentes de desarrollo.
Desde hace varios meses, la Organización Mundial de la Salud llama la atención sobre distorsiones en cuanto al acceso a las vacunas. Esa realidad hace aparecer una desigualdad entre países en vía de desarrollo, que tienen poco acceso a las vacunas y los demás. Esta situación agrava el contexto global, acelerando un desequilibrio que favorece en zonas débiles la aparición de las variantes, siempre más contagiosas, en vista de la limitación de vacunaciones.
Según la OMS, son alrededor 3 mil millones las dosis de vacunas administradas hasta hoy en el mundo. Fueron solamente 1% en los países más pobres. Se está calculando que para llegar al nivel de inmunidad colectiva establecido al 70%, se necesitan 11 mil millones de dosis. Al ritmo actual, el objetivo no podría ser alcanzado antes de 2023, es decir, una eternidad para muchos confrontados a tensiones sociales fuertes, a los riesgos sobre sus sistemas de salud frágiles y con un aumento de la pobreza, del desempleo y de la inflación.
El dispositivo Covax, cuyo papel consiste en garantizar el acceso de los países de pocos ingresos o intermediarios, pudo repartir 100 millones de dosis en 135 territorios. Etapas como lo podía ser la vacunación de los personales del mundo sanitario antes de abril pasado no fueron cumplidas, volviendo preocupante la situación. Es decir, que está apareciendo un ritmo de vacunación a dos velocidades obligando el propio Director general de la OMS, Tedros Ghebreyesus, a afirmar que “el mundo está fallando”. Según datos de la Universidad de Oxford, mas de la mitad de la población estadounidense y europea recibió una dosis. Pero no son más de 30%, las que recibieron una dosis en demás continentes. En América Latina, 40% de los brasileños o argentinos recibieron una primera inyección. Son 20% los ecuatorianos, 15% los peruanos, 5% los guatemaltecos. En Asia, las diferencias son del mismo orden : 20% de los indios recibieron una primera dosis cuando son menos de 10 los filipinos por ejemplo.
Mientras la cuarta ola se instala, a raíz de la propagación de las variantes, entre ellas la tristemente célebre Delta, las cifras globales recuerdan que la pandemia sigue con su cortejo de víctimas : son más de 4.2 millones las personas que murieron y 190 millones los que fueron contaminados.
Por encima y para quitar una forma de respiro, el propio director general de la OMS declaró que la variante Delta, más contagiosa, está llevando al mundo “a un punto peligroso de la pandemia”.
Hoy en día, frente a esa ola de “Delta”, el continente africano, por ejemplo, está más impactado. Países como Túnez, Senegal, con muchos otros, están luchando para salvar su propio sistema de médica, tanto fuerte ha sido el ingreso, en esos últimos días, en los servicios de urgencia. Nuevas medidas de controles están adoptadas para los transportes aéreos. Países europeos empiezan en prevenir una situación que podría volverse, de nuevo, tensa, imponiendo en unos sitios y ciudades las mascarillas. Se instaló hace pocos días el “pase sanitario” en sitios que tienen un potencial de contagios: restaurantes, cinemas, centros comerciales. Se supone que motivará más a las poblaciones a vacunarse para desplazarse mejor y ponerse a salvo a través de las vacunas.
Un segmento minoritario de la población lo consideran como un acto nocivo para la libertad individual cuando es una medida para vencer más rápidamente el virus. Ese es el enemigo y el peligro para las economías: el costo de las consecuencias de la llegada de los variantes ha sido evaluado por el Fondo monetario internacional (FMI) a 4500 mil millones de dólares hasta 2025.

Politólogo, especialista francés en relaciones internacionales, presidente de la Asociación Francia-América Latina (LATFRAN). www.latfran.fr