Ahogados en balnearios que podrían evitarse

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Los conductores de Uber o repartidores de comida son una excelente opción para trabajar a tiempo completo, así como horas extra. Foto de referencia Pixabay

Por Rodolfo Chang Peña

2021-12-29 6:00:36

Aún se desconocen, como es de esperar, las estadísticas sobre la cantidad de fallecidos por asfixia causada por inmersión en las playas del litoral. El público ya está acostumbrado que en todos los años, invariablemente, se produce una cuota de ahogados como si se tratara de una tradición fatal como tantas otras en el medio salvadoreño.

El salvadoreño común y corriente ya no se sorprende de la ocurrencia de ahogados en los balnearios, los quemados por pólvora, los lesionados y fallecidos en accidentes de tránsito, las masacres producto de la violencia cotidiana, las desapariciones, el auge de las extorsiones (Ahora hasta exigen aguinaldo) y que las pandillas se ocupen de la “seguridad” en los territorios dominados por ellos con o sin presencia de las autoridades.

Las patologías sociales tienen tanto arraigo que los hechos apuntados son considerados como normales y mientras unos alaban los paseos a las playas, la reconfortante brisa marina, los bellos atardeceres y el murmullo de las olas, otros lloran angustiados a sus seres queridos ahogados y lamentan de por vida la fatídica decisión de bañarse en el mar.

¿Por qué a pesar de que los ahogados ocurren todos los años no se implementan medidas de protección y advertencias más eficaces? ¿Las instituciones encargadas de salvaguardar la integridad de los bañistas se han percatado que lo que se hace actualmente además de elemental es insuficiente? ¿Se enfrenta el problema de los ahogados en forma similar a como se hace con los accidentes de tránsito, es decir, se prefiere construir hospitales para tratar los lesionados en lugar de entrarle con todo a la disminución de los accidentes? Y ¿En lugar de echar la culpa a otros por qué no se asume la responsabilidad que corresponde y de una buena vez se profundiza en la prevención de los accidentes de playa?

Algunos quejosos sobre la seguridad que existe en hoteles y en general establecimientos de playa señalan con amargura que las tragedias ocurren porque no hay salvavidas todos los días de la semana, tampoco rótulos y señales que adviertan sobre los peligros de bañarse en el mar, inclusive con el agua a nivel de rodillas.

Por su parte, no pocos propietarios de comercios en las playas argumentan que en estos dorados tiempos de vacas flacas, apenas les alcanzan los recursos para contratar salvavidas solamente para los fines de semana y asuetos en que aumenta la clientela y reconocen que muchos días quedan desprotegidos. También enfatizan que carecen de recursos como para invertir en boyas que demarcan zonas seguras y zonas peligrosas, flotadores especiales, mallas y cables que podrían disminuir el riesgo de ser arrastrados por el mar.

Un propietario de rancho de playa señala la grave omisión de no advertir e informar a los visitantes por todos los medios posibles, sobre el comportamiento de las mareas porque cada balneario tiene sus propias características, las horas en que conviene o no conviene bañarse en el mar, la peligrosidad de las corrientes y resacas, la higiene en el consumo de los alimentos, manejo de desechos, etc. y que esa labor corresponde a las autoridades locales. Sugiere también que en las playas más peligrosas, es decir aquellas que producen más ahogados, debería de haber personal debidamente preparado en instalaciones adecuadas para atender emergencias médicas y realizar rescates.

En el litoral salvadoreño existe todo tipo de playas, desde las más seguras, tranquilas y libres de desechos y contaminación, hasta las más turbulentas, pedregosas, con hoyos y contaminadas con aguas negras. Desafortunadamente algunas de estas últimas son las preferidas después de la noche buena y noche vieja, tradición arraigada que por cierto involucra riesgos para el conductor como para la familia que habitualmente lo acompaña.

El Salvador tiene muchos atractivos turísticos para los connacionales como para los extranjeros y uno de ellos, son las playas; sin embargo, de no mejorar la seguridad para los bañistas, este hecho podría incidir negativamente en el flujo de visitantes. Las pérdidas de valiosas vidas acaecidas en las últimas semanas son una lección que puede servir de mucho, sobre todo para reactivar la prevención y así evitar futuras tragedias.