“Un país, dos sistemas” y decir No a la violencia

La práctica ha demostrado que el principio de “un país, dos sistemas” es el mejor arreglo institucional para mantener la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong a largo plazo después de su retorno. Defender el principio es defender los intereses fundamentales de la mayoría absoluta de los hongkoneses y la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong.

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Entre los expulsados de Estados Unidos había diez personas requeridas por los tribunales salvadoreños, informó ICE. Foto EDH / archivo

Por Iris Ou Jianhong

2019-09-16 7:38:03

Las recientes manifestaciones violentas e ilegales ocurridas en la Región Administrativa Especial de Hong Kong (RAEHK) de China están en el ojo del huracán de los medios de comunicación y del público salvadoreño.

Lamentablemente, por desconocimiento de la verdad o por una decisión deliberada de algunos medios, por un lado no se visibiliza el llamamiento de la mayoría de los residentes de Hong Kong a “oponerse a la violencia y proteger la región” y por otro exageran de manera desproporcionada la confrontación entre los manifestantes y los gobiernos de la RAEHK y Central de China, con lo cual se deja en peligro el Estado de Derecho y la justicia y se genera una “ceguera selectiva” ante la violencia de los manifestantes extremistas. Con respecto a estos incidentes en Hong Kong, es necesario poner en claro lo siguiente:

En primer lugar, fue la iniciativa del Gobierno de la RAEHK proponer una enmienda a la ley de extradición, la motivación de las protestas y manifestaciones. Dicha enmienda va enfocada a optimizar el sistema legal y convertir a Hong Kong en un lugar más seguro, no en un “paraíso de impunidad para delincuentes”. Esta acción razonable y legítima, lastimosamente, fue calumniada por algunos personajes de Hong Kong y algunas fuerzas externas, con comentarios alarmistas infundados, lo cual provocó reacciones airadas a gran escala.

Para calmar la situación, el Gobierno de la RAEHK anunció retirar la enmienda. Sin embargo, las protestas siguen escalando con violencia innecesaria. Los manifestantes ilegales atacaron a la policía con líquidos no identificados y polvos tóxicos, e incluso asaltaron el edificio del Consejo Legislativo, deterioraron sus instalaciones, hirieron inocentes y atacaron infraestructuras de transporte público como el aeropuerto y el metro.

Los hechos han traspasado los límites de la libertad de expresión y las manifestaciones pacíficas, pisoteado el estado de derecho de Hong Kong y socavado el orden social. Todo ello ha sido no solo un desafío descarado contra el principio de “un país, dos sistemas”, el progreso y la civilización humana, sino también un atropello a los derechos humanos, la conciencia social y la moral pública. Todos estas son irregularidades que no pueden ser toleradas por ninguna sociedad civilizada.

En segundo lugar, los actos criminales en las calles han puesto en claro que la situación provocada por la oposición de Hong Kong se ha degenerado. Sus intenciones han cambiado de apuntar a la enmienda a turbar la región, a paralizar el Gobierno y a convertir Hong Kong en una entidad política en contra del Gobierno central.
Detrás de la compleja situación hay algunas fuerzas y políticos extranjeros, que han jugado un papel muy vergonzoso.

Ellos han confundido lo negro y lo blanco, lo verdadero y lo falso calumniando el principio de “un país, dos sistemas”, han reprochado sin fundamento al Gobierno chino y al de la RAEHK, y han alentado las violaciones criminales. Paradójicamente, estos mismo actores han legitimado el uso de la fuerza policial a escala para sofocar la violencia ocurrida en sus propios países, pero, por el contrario, han embellecido los crímenes violentos en Hong Kong como acciones legítimas “en la búsqueda de los derechos humanos y las libertades”. Este doble estándar ha reflejado sus siniestras intenciones.

Tercero, desde el retorno de Hong Kong a China hace 22 años, el Gobierno chino ha sido respetuoso de la Constitución y la Ley Básica de Hong Kong y ha implementado a conciencia el principio de “un país, dos sistemas” y el de “los hongkoneses gobiernan Hong Kong”, todo lo cual garantiza la prosperidad y estabilidad de la sociedad de Hong Kong. Los índices de desarrollo económico y social de Hong Kong se encuentran entre los mejores del mundo.

En los últimos 22 años, su economía se ha duplicado y Hong Kong ha sido calificado como la economía más libre del mundo durante 25 años consecutivos, y el índice de la libertad y el Estado de Derecho subió al puesto 16 en 2018 con relación con el puesto 60 que ocupaba en 1996, superando así a los Estados Unidos.

Todos estos son hechos generalmente reconocidos. La práctica ha demostrado que el principio de “un país, dos sistemas” es el mejor arreglo institucional para mantener la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong a largo plazo después de su retorno. Defender el principio es defender los intereses fundamentales de la mayoría absoluta de los hongkoneses y la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong.

La prosperidad y la estabilidad no solo favorecen el bienestar del pueblo hongkonés, que también corresponde a los intereses compartidos de la comunidad internacional. Espero que los amigos salvadoreños distingan entre lo verdadero y lo falso y apoyen al Gobierno de la RAEHK y a su pueblo al decir no a la violencia, para que la “Perla de Oriente” recupere la gloria en un futuro cercano.

Embajadora de la República Popular China