El sueño de alcanzar una mejor calidad de vida

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) manifiesta que Estados Unidos concentra casi tres cuartas partes de la población migrante latinoamericana y caribeña. Después, le sigue España .

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Serena Williams de Estados Unidos llega para su partido de primera ronda contra Aliaksandra Sasnovich de Bielorrusia en el torneo de tenis Wimbledon Championships en Wimbledon, Gran Bretaña, el 29 de junio de 2021. Foto: EFE

Por Scarlett Silhy

2021-06-29 7:30:49

La Patria que nos acoge desde nuestro nacimiento es el proscenio en el que como ciudadanos vamos edificando nuestro desarrollo educativo, profesional, laboral y familiar con el fin esencial de cimentar un futuro equilibrado y próspero en términos factibles; conduciendo a la nación a la cual se pertenece, hacia una visión estratégica de cambios y mejoras. Por consiguiente, los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, organismos públicos, cooperación internacional, deben propiciar una atmósfera socio-económica estable e incluso política, donde las personas no eludan a otros horizontes con otros riesgos.
Muchos vecinos centroamericanos y suramericanos ha emigrado hacia Norteamérica o Europa, tanto de manera regular como irregular, con miras hacia un nivel de vida superior. Esa aventura implica el desplazamiento forzoso por amenazas, persecución política, intolerancia, intransigencia, catástrofes naturales, ente otros.
Con base al Programa de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en 2018 se registró un promedio diario de 42,188 individuos retenidos en los límites fronterizos de Estados Unidos y México. Posteriormente, de febrero a marzo de 2019, más de 100,000 migrantes aproximadamente trataron de ingresar ilegalmente a Estados Unidos desde México y fueron retenidos y en su mayoría retornados obligatoriamente a su país de origen.
Cabe mencionar que son caravanas descomunales que en ese trayecto van adoleciendo de enfermedades, madres embarazadas pierden a sus bebés por todo el arduo y pesado esfuerzo; en muchas ocasiones, sin agua, para su aseo personal e higiene y de sus familiares; la comida limitada que llevan se las quitan y un factor realmente decepcionante es escuchar a menores de edad de Centroamérica decir que no soportan el dolor en sus pies por caminar de forma continua, sin parar.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reportó en 2019 que más de 40 millones de latinoamericanos y del Caribe han migrado de sus naciones. De ellos, 4.3 millones de venezolanos lo han hecho en los últimos 4 años. Al año siguiente, se obtuvo el mayor flujo de migrantes, desde México y Centroamérica a los Estados Unidos, donde gran parte van para Houston, Texas.
La inseguridad, la falta de trabajo, precariedad de servicios públicos de salud, educación les llevan a atreverse a tomar esta vereda peligrosa. Es aquí donde debemos tomar cartas serias en el asunto y apostarle a la prioridad de necesidades socio-económicas como ésta y no otras, que pueden irse trabajando de otro modo.
A mitad de 2020 (iniciando la pandemia), los migrantes eran: 58.7 millones en América del Norte, 14.8 millones del resto de América y el Caribe, 25.4 millones en África, 86.7 millones en Europa, 85.6 millones en Asia y 9.4 millones en Oceanía. Por lo cual, el total era de 281 millones hasta entonces.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en febrero de 2021, 100,441 personas se dirigieron a cruzar la frontera de Estados Unidos-México: de Venezuela, Cuba, Haití y del Triángulo Norte: Guatemala, Honduras y El Salvador. Entre ellos, se encuentran niños, que desde inicios el 2021 han pasado aproximadamente 3,500.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) manifiesta que Estados Unidos concentra casi tres cuartas partes de la población migrante latinoamericana y caribeña. Después, le sigue España .
La Vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, ha establecido recientemente acuerdos migratorios, de seguridad, tráficos de armas, personas y estupefacientes con Guatemala (país que también será ayudado con una iniciativa para el empoderamiento de las mujeres, otra de agronegocios y viviendas) y México, lo cual ayudará en considerable medida a aplacar estas circunstancias. Es urgente trabajar para que la crisis migratoria no se salga más de control.
¿Necesidades? Sí, ¿Sueños? Claro, ¿Progreso? Por supuesto, ¿Estabilidad? Ni se tendría que discutir. Por lo tanto, las cúpulas de gobierno de cada país deben ubicar en su lista de prioridades una calidad de vida mejor para su gente.
Licda. en Ciencias de la Comunicación/sca100@hotmail.com