Tecno-estrés y salud mental

Como cualquier enfermedad, la mejor forma de controlar el “tecno-estrés”, es la prevención. Y con el advenimiento de tecnología cada vez más “amigable”, esta prevención ha comenzado a facilitar el proceso

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El argentino Lionel Messi, durante el partido en el que su equipo, el Barcelona, perdió frente al Real Madrid. Foto EFE

Por Mario Aguilar Joya

2021-04-10 6:27:15

El psicólogo norteamericano Craig Broad introdujo el término “tecno stress” para describir las respuestas psicológicas ante las experiencias negativas con las computadoras. En 1984 publicó el estudio “Tecno stress: el costo humano de la revolución de las computadoras” y desde esa fecha el concepto ha sido cada vez más aceptado. En su definición inicial, la palabra se limitaba a las computadoras; actualmente se ha extendido a cualquier forma de tecnología digital que nos produce experiencias negativas tales como ansiedad, temor o frustración cuando tenemos que realizar actividades con estos nuevos aparatos.
Una definición más desarrollada y ya considerando este trastorno como un padecimiento de ajuste con las técnicas digitales actuales seria, “una enfermedad moderna de adaptación causada por la incapacidad de enfrentar de una manera sana las imposiciones de las nuevas tecnologías digitales”.
Con este concepto en mente, el tecno-estrés puede ser causado por: 1.- Sobrecarga. Trabajo abundante con interrupciones frecuentes, desempeño de multi-tareas, periodos largos de trabajo y horario sin pausas activas.
2.- Complejidad. Algunas tecnologías digitales pueden ser muy complejas para el trabajador y lo hacen sentir que no se encuentra en control total de sus actividades.
3.- Incertidumbre o inseguridad. Temor a perder el trabajo al no poder desempeñar tareas con computadoras, sensación de minusvalía al compararse con compañeros que son “más eficientes” porque manejan mejor la tecnología digital.
Y 4.- Invasión personal. El uso de teléfonos celulares en la actualidad ha borrado las fronteras que antes teníamos entre el trabajo y la vida privada causando la sensación de invasión constante con llamadas del trabajo en horas no laborales.
Siendo considerada ya una enfermedad, el tecno-estrés puede producir los siguientes síntomas: dolor de cabeza, insomnio, dolor en hombros y/o cuello, dificultad para concentrarse, fatiga mental, actitud negativa hacia las computadoras, pánico, ansiedad, irritabilidad, frustración y enojo. Estos síntomas invariablemente llevaran a la persona que lo padece a tener un bajo desempeño laboral, temor a ser despedido, insatisfacción con su puesto de trabajo y baja autoestima laboral.
Algunas explicaciones claras sobre cómo se perpetuán estos síntomas y se agrava la enfermedad son: incapacidad para tener un “horario de trabajo”, la sensación de que al estar en casa se puede trabajar “más tiempo para avanzar”, la interrupción de la vida familiar por las razones antes descritas, las pantallas de las computadoras pueden interrumpen el ciclo de sueño dato especial para aquellos que trabajan en casa sin un horario pre-establecido y la falta de sueño vuelve a la persona más irritable y ansiosa acentuando los problemas de convivencia familiar y social.
Así, encontramos algunos factores que harán que el trabajador no desarrolle esta enfermedad laboral o que minimice su aparecimiento: auto educarse sobre la tecnología después de todo los nuevos avances han venido para quedarse; ejercitarse regularmente y procurar suficientes horas de sueño de buena calidad y solicitar ayuda en el lugar de trabajo.
Como cualquier enfermedad, la mejor forma de controlar el “tecno-estrés”, es la prevención. Y con el advenimiento de tecnología cada vez más “amigable”, esta prevención ha comenzado a facilitar el proceso de asimilación de las ciencias aplicadas y la disminución en el impacto negativo que supone el uso de esos aparatos.

Doctor en Medicina y Teología.