Sube la temperatura por el conflicto China-Estados Unidos

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Foto: COES

Por Pascal Drouhaud

2019-08-16 10:00:24

La temperatura subió de manera inédita en desde principios de agosto en las bolsas después que la República Popular de China haya sido acusada “de manipulación” de los cambios bancarios por Estados Unidos.
Por primera vez desde 2008, el yuan, la moneda china, había cruzado el umbral simbólico de 7 yuanes por un dólar, llegando así a su nivel más bajo. Esta situación provocó una caída generalizada de los sitios financieros, los mercados, interpretada como una voluntad estatal de iniciar una guerra de las tasas de cambio para sostener sus exportaciones.

El Presidente estadounidense Donald Trump anunció el 31 de julio pasado que impondría, a partir del próximo 1 de septiembre, 10% de derechos aduaneros adicionales a los 300 mil millones de dólares de importaciones chinas. Este anuncio sorprendió mientras negociaciones comerciales bilaterales están abiertas en Shanghai. Los nuevos derechos aduaneros anunciados por el jefe de la Casa blanca podrían llevar sobre varios bienes de consumo como los teléfonos, las computadoras, vestidos, zapatos. Al final, pospuso la medida hasta diciembre.

En este contexto que unos consideran como una forma de guerra comercial , el yuan perdió de su valor, provocando la ira de Washington, que habló de “manipulación” financiera del poder central chino. Es cierto que esta baja permite a los exportadores chinos compensar el costo de los derechos aduaneros norteamericanos mientras el Presidente Trump reprocha a Beijing no haber cumplido con su promesa de compras sobre los productos agrícolas. Estos anuncios provocaron un remezón en las bolsas de Asia: el índice Nikkei en Japón perdió 3% de su valor, tanto como el Hang Seng de Hong Kong cuando en Corea del sur, el Kosdaq, el índice de los valores tecnológicos, bajó de 7.5%.

Se debe entender el mecanismo de funcionamiento del yuan: a diferencia del euro o del dólar, que evalúan libremente en función de la oferta o de la demanda, el nivel del yuan está definido por el Banco Central de China. Está frente al dólar en un margen de 2% alrededor de un nivel pivote definido diariamente por el banco. Su cálculo aparece a los expertos, bastante “borroso”. Esta situación permite imaginar intervenciones del poder central, acusado estos últimos días de “manipulación” de los cambios. El Tesoro norteamericano declaró que esta situación constituía “una violación de los compromisos de China tomados en el G20 en abstenerse de intervención monetarias”.

El Banco Central Chino reaccionó afirmando que “la parte norteamericana no tomó en cuenta los hechos y calificó de manera irrazonable a China en ser un manipulador de moneda”. Pero el 5 de agosto China limitó la caída del yuan, reduciendo de manera menos fuerte el nivel de la tasa pivote diario de su moneda.
Tres criterios económicos permiten calificar la manipulación financiera:

-Un balance de los pagos con un excedente importante, lo que ya no es el caso de China. (su balance de pagos es excedente de menos de 2% desde 2017).
-Una intervención que persiste sobre los cambios
– Un excedente en el balance comercial con los Estados Unidos.

Pueda ser que China actúe de buena fe. Hoy en día, China solo cumple con el último criterio y, por cierto, no tiene interés en ver caer de manera duradera el yuan. Podría correr el riesgo de una salida de los capitales financieros. Pero, a lo largo de los años, la falta de confianza sobre las cifras como la tasa de crecimiento , ha generado una desconfianza que China hoy en día paga fuerte. La depreciación del yuan sucede pocos días después del anuncio de las medidas de represalias por Washington, ofreciendo un reforzamiento de las exportaciones chinas y una forma de cancelación del aumento de los derechos aduaneros norteamericanos.

Esta relación de fuerza, bajo el ángulo financiero entre Washington y Beijing, no puede ocultar el alcance político del tema: seguramente se intenta desacreditar el yuan, que ha sido insertado como moneda de reserva por el Fondo Monetario Internacional. Pero para todos, hasta que el Estado chino tenga una influencia sobre su moneda, el yuan no podrá ser una alternativa creíble al dólar y al euro. Sin duda, estamos llegando a un cruce de camino en el cual podemos medir los límites a las cuales ha llegado el Estado chino en su manejo financiero.

Esta situación explica la petición del Secretario del Tesoro norteamericano, Steven Mnuchin, que pidió al FMI poner fin a la competencia “desleal” de Beijing. Esta tensión comercial se inscribe en una relación que vuelve en varios aspectos, en una confrontación alimentada por varios frentes: el tema de las tierras raras (necesarias para la industria electrónica), la rivalidad estratégica en Asia-Pacífica, con una militarización del Mar de China, el tema de Huawei, que ilustra la carrera tecnológica entre los EEUU y China; Taiwan obviamente.

La tensión comercial actual va entonces más allá del tema: se trata de una rivalidad para ganar la posición de líder internacional en el porvenir, siendo tecnológico (abriendo los espacios de la inteligencia artificial en los aspectos civiles y militares, el espacio, el modo de vida), cultural y sobre el escenario internacional.

Politólogo, especialista francés en relaciones internacionales, presidente de la Asociación Francia-América Latina (LATFRAN).