Europa debate sanción ejemplar contra Bielorrusia

Necesidad de usar el lenguaje del poder, prueba de firmeza para que se sienta su determinación, ahora más que nunca Europa tiene cita con su voluntad de ser creíble sobre el escenario internacional

descripción de la imagen
Imagen de referencia de algunos negocios al rededor de El Tunco. Foto EDH / Archivo

Por Pascal Drouhaud

2021-05-29 6:15:22

¡Piratería! ¡Terrorismo de Estado! ¡Ataques a los fundamentos de Europa y de la aviación civil! Las fórmulas no faltaron estos últimos días entre los europeos y Bielorrusia después del arresto de un periodista opositor al presidente bielorruso, Alejandro Lukachenko, tras obligar a descender el avión en que viajaba.
Ese acto ocurrido en su propio espacio aéreo obliga a la Unión Europea a reaccionar con fuerza a riesgo de perder toda credibilidad internacional.
El vuelo Ryanair 4978 efectuaba el enlace aéreo entre Atenas, en Grecia y Vilnius, la capital de Lituania. A bordo iba el periodista opositor Roman Protassevitch, clasificado en la lista “de individuos implicados en una actividad terrorista” el año pasado, a raíz de las manifestaciones anti-gubernamentales.
Oficialmente, el avión Boieng 737-800 fue obligado a desviar su ruta por una alerta de bomba que solo fue un ardid. Las autoridades de Bielorrusia informaron a los pilotos de “una amenaza potencial de seguridad a bordo” para que el avión civil, escoltado por un Mig 29 del ejército aéreo bielorruso, aterrizara en Minsk. La verdadera razón, oculta y no oficial, del desvío aéreo fue la presencia del opositor a bordo.
Esto rompió las reglas de libre circulación que consagran las relaciones entre los países europeos. El acto ha sido calificado por varias capitales europeas de “terrorismo de Estado” mientras la Unión Europea decidió cerrar su espacio aéreo a Bielorrusia y definir sanciones económicas tanto como simbólicas.
Sin duda, se trata de una “prueba” para los europeos tanto en su relación tensa con Bielorrusia como con Rusia. Y no le queda fácil a los europeos que no supieron tener la buena respuesta después de la anexión de Crimea en 2014. Le queda de igual manera difícil en su relación con Turquía tal como lo ilustró el episodio naval en el Mediterráneo en agosto pasado, poniendo en tensión a Grecia, Francia, Turquía y la relación con la OTAN.
Otra vez, el funcionamiento de la Unión esta en filigrana, puesto en tela de juicio: entidad de 27 miembros, la cadena y el sistema de decisión está mucho más complejo que un solo país. Logro de construcción económico y tecnológico, largo espacio de libre circulación de mercancías y personas, la Unión Europea no encuentra las respuestas que manden un mensaje de respeto firme, frente a nuevos desafíos tal como lo son las migraciones, las tensiones comunitarias, respuestas a regímenes firmes.
Obviamente, la ausencia, aunque existan las figuras técnicamente y estructuralmente, de una voz reconocida para lo internacional y temas de defensa, favorece los que usan la manera fuerte.
El cierre del espacio aéreo cuando 2,000 aviones sobrevuelan Bielorrusia diariamente, tiene un significado fuerte. ¿Será suficiente para que el régimen bielorruso acepte volver a una situación regularizada?
Lo podemos dudar aunque la Unión Europea es un socio económico de primer orden para ese país. Obviamente, la dimensión geopolítica entra en tela de juego: cerrando de manera muy fuerte, Bielorrusia puede acelerar una relación bien establecida con Moscú, que puede volver desde entonces indispensable a Alejandro Lukashenko. Bielorrusia puede tener un papel de “zona protegida” entre Rusia y el espacio de los 27 miembros de la OTAN.
Por el momento, las Organización de las Naciones unidas y los Estados Unidos llamaron la Organización de la Aviación Civil Internacional a investigar de urgencia sobre el desvío del vuelo de Ryanair el 23 de mayo pasado. Además reclama la liberación “inmediata” del periodista independiente Protassevitch y de su amiga Sofía Sapega.
La declaración del Consejo de Seguridad de la ONU afirma que “abligar al avión a aterrizar”por falsos motivos “ha puesto en peligro la seguridad aérea (…) constituyendo un ataque contra la seguridad de la aviación civil internacional y contra la seguridad europea, revelando un desprecio flagrante del derecho internacional”.
Todo el tema para los europeos consiste hoy en día en encontrar la tonalidad justa de una respuesta a una situación inédita, que sea creíble sin que la población sufra de eventuales sanciones. El jefe de la diplomacia europea, el español Josep Borrell, declaro “que los Jefes de estado y de gobiernos europeos nos pidieron proponer sanciones económicas sectoriales”. Por ejemplo, el gas ruso que llega a Europa vía Bielorrusia podría ser orientado hacia otro gasoducto.
Necesidad de usar el lenguaje del poder, prueba de firmeza para que se sienta su determinación, ahora más que nunca Europa tiene cita con su voluntad de ser creíble sobre el escenario internacional. Su credibilidad está en el balance. Sin duda, el último evento ocurrido en Bielorrusia constituye un momento clave para el porvenir europeo.

Politólogo, especialista francés en relaciones internacionales, presidente de la Asociación Francia-América Latina (LATFRAN). www.latfran.fr