¡San Gerardo Barrios, perdónanos por el café instantáneo!

Es un hecho que las autoridades gubernamentales relacionadas al café sí deben hacer un mayor esfuerzo de su parte para lograr esta cultura de auto sostenibilidad interna de nuestras fincas de café de especialidad.

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El momento protagonizado por Javonte Darion Alexander, de 22 años, fue registrado por cámaras de seguridad

Por Nicolás Rodríguez

2019-10-05 11:30:20

Todos los salvadoreños tenemos el café en nuestras venas. Quizá usted no está relacionado con el rubro pero le aseguro que sus abuelos o bisabuelos tuvieron que tener alguna relación con el grano de oro. La invención del café instantáneo en la Segunda Guerra Mundial a posterior vino a beneficiar el mercadeo de muchos países que no son productores de café, pero esta “moda práctica” también vino a impregnarse en los países donde afortunadamente sí producimos café (y buen café).

No me malinterprete. No estoy en contra del libre mercado del café soluble. Mi jocosa frase “¡San Gerardo Barrios, perdónanos por el café instantáneo!” la acuñé hace años cuando me percaté de que uno de los factores que está afectando seriamente la autosostenibilidad del consumo interno de nuestro preciado café es en gran medida el poco conocimiento que tienen nuestra población de cómo prepararse una buena taza. Esto no significa gastar más o perder más tiempo del típico utilizado en la prosaica taza de bebida soluble.

Es un verdadero mito que usted gastaría mucho dinero en tener en su mesa una buena taza cada mañana. Una vez solo por curiosidad con unos amigos hicimos el cálculo de cuántas tazas se le pueden sacar a una libra de café de calidad regular (que es mucho mejor que la de un soluble) y la cantidad resultante era equiparable al costo de un sobrecito soluble de la tienda de la esquina. Ahora usted me dirá ¿y el tiempo? Pues bien, de todos los métodos de preparar café en casa, hay al menos dos o tres que en los que usted se tardaría solo “un poquito” más del mismo tiempo que la preparación de un café soluble, pero obteniendo una calidad superior en aroma, sabor, dulzura natural, etc. El V60 de los japoneses, la prensa de los franceses o bien la cafetera italiana son excelentes opciones que la ayudan a desarrollar ese gusto aprendido por el buen café. Algo que sueño es que todas las personas salvadoreñas lo tuvieran como parte de su identidad nacional: saber cómo catarlo, degustarlo y saborearlo. Tal cual, los chilenos y argentinos lo hacen con sus vinos o los alemanes con sus cervezas.

Sí, es un hecho que las autoridades gubernamentales relacionadas al café sí deben hacer un mayor esfuerzo de su parte para lograr esta cultura de auto sostenibilidad interna de nuestras fincas de café de especialidad. En lo personal les he dado un par de ideas que ojalá un día se implementen. Interesante fuera que la buenas fábricas de papel y fibra que tenemos se animaran a fabricar los filtros de métodos acá o que fabricas de plásticos entraran en el negocio de abaratar los métodos que actualmente importamos. También que hubiera esta gran voluntad política en el próximo año de cambiar todas esas cafeteras viejas de las oficinas estatales y semiautónomas por calentadores de agua, disponibilidad de métodos manuales y café recién molido en la cocinita de recursos humanos. Estos no solo bajaría considerablemente las incapacidades y horas laborales perdidas a causa de la gastritis que esas cafeteras percoladoras arruinadoras de café generan sino que al mismo tiempo apoyaríamos a nuestros caficultores de lotes pequeños y tostadores. En fin, beneficiaría a toda la cadena de producción del los que consumimos café internamente, haciendo que dichos productores mejoren su calidad para nosotros y que el buen café también se quede acá.

Retomo la invitación que hizo la directora ejecutiva del Consejo Salvadoreño del Café (CSC), Lily Pacas, hace unas semanas “todos debemos ser embajadores del café”. Más que una invitación, esto debe ser una frase imperativa para todas las personas salvadoreñas, si queremos rescatar nuestra caficultura y pasar de las palabras a la acción.

Periodista y crítico de café@creativox_sv