Consecuencias de una guerra

El fomento de una cultura de tolerancia y negociación para manejar conflictos, establecer concertaciones, preservar ejes claves de los objetivos para un desarrollo sostenible, concientizar a los seres humanos, trabajar y utilizar la vía diplomática para las buenas relaciones, son elementos que ahora mas que nunca deben ser aplicados para poder evitar una catástrofe.

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Por Luis José Samayoa Rodríguez

2022-02-27 5:41:57

La  guerra entre Rusia y Ucrania traerá consecuencias nefastas y un impacto a nivel social en el entorno global. Un mundo globalizado que se ha visto golpeado por una pandemia como el covid-19, la cual sigue patente hasta la fecha, no puede permitirse entrar en un conflicto de armas, violencia y caos para la humanidad. La guerra es un término que está íntimamente relacionado con la historia de la humanidad y con los desastres, catástrofes o emergencias.

Haciendo una síntesis de lo que, por ejemplo, dejó la Primera Guerra Mundial, hubo un conflicto bélico, mortífero, prolongado. Las grandes potencias y sus aliados se enfrentaban por discrepancias en sus intereses económicos, políticos y geográficos. Alianzas, traiciones, devastaciones geográficas y sociales fueron el resultado que llevó a una fuerte crisis económica en la época.

Por otra parte, no se puede dejar de un lado la Segunda Guerra Mundial, con conflictos fueron más devastadores y cuyas características referenciadas por creencias nacionalistas, fascistas y comunistas, construyeron potencias mundiales que generaron choques de poderes y un devastador impacto en las sociedades durante esa época. Esta conflagración ocasionó más de 39 millones de muertos solo en el continente europeo, un ejemplo de lo devastador y crítico que puede llegar a ser una guerra de similar alcance y naturaleza.

Por consiguiente, está claro que la humanidad no está preparada para soportar una embestida de los efectos de conflictos que dañen aún más de lo que ha dañado la pandemia. Es menester de los estados involucrados buscar soluciones congruentes, coherentes y bajo un alto grado de pragmatismo y tolerancia para poder lograr las respuestas necesarias y acuerdos que beneficien a todos. La diplomacia preventiva, por ejemplo, debe ser un componente que sea utilizado en momentos como los que se viven actualmente ante una posible tercera guerra mundial, en donde la mediación y la búsqueda del desarme preventivo permita reducir y, siendo optimistas, erradicar en gran manera ataques constantes entre las naciones.

Aunado a lo anterior, el fomento de una cultura de tolerancia y negociación para manejar conflictos, establecer concertaciones, preservar ejes claves de los objetivos para un desarrollo sostenible, concientizar a los seres humanos, trabajar y utilizar la vía diplomática para las buenas relaciones, son elementos que ahora mas que nunca deben ser aplicados para poder evitar una catástrofe.

Una guerra global más podría llegar a constituir un verdadero desastre, desorganizando y desarticulando sociedades que ahora más que nunca, necesitan estar unidas y apoyarse para enfrentar los desafíos que ya se tienen.

Las guerras no son más que asesinatos en masa, y el asesinato erradica el progreso. Esperemos que los líderes de las naciones alcen sus voces y puedan detener una posible catástrofe por el bien y la paz en el mundo, dejando intereses y poniendo por en encima el bienestar de la humanidad.

Abogado, Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas, Decano de la Universidad Nueva San Salvador