Cómo redactar un artículo de opinión de contenido político

“No debe olvidarse que todos los regímenes dictatoriales de América Latina, con excepción de Cuba, han tenido una vida corta y El Salvador no será la excepción..."

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Foto de archivo, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi y el Representante de Estados Unidos, Kevin McCarthy. AFP

Por Rolando Monterrosa

2021-08-01 5:04:04

A menudo, periodistas jóvenes y estudiantes de la carrera me consultan sobre diversas técnicas de redacción de géneros periodísticos, entre ellos el artículo de opinión, específicamente el de contenido político. Cabe aclarar que los artículos de esa clase se estructuran de acuerdo con normas de exposición que no varían, cualquiera sea el tema por tratar. Para el tiempo disponible y la tolerancia del lector contemporáneo, el texto no debe exceder las 650 ó 700 palabras, la mitad de una página en la sección de opinantes.
El primer párrafo del artículo ha de contener el planteamiento básico del tema, la hipótesis, alrededor de la cual girarán otras ideas y conceptos invariablemente afines. Vgr. “El ejercicio del periodismo libre en El Salvador, se encuentra en un momento de crisis, debido a la creciente amenaza de un gobierno hostil a todo el que disienta de sus políticas”.
A renglón seguido debe el autor del artículo poner a prueba la certeza de su enunciado inicial así: “Del discurso amenazante a los periodistas independientes, de un presidente autoritario, se ha pasado a la expulsión del país de periodistas extranjeros que aportan nuevos conocimientos técnicos a la profesión; se ha suprimido la pauta publicitaria oficialista a medios informativos no alineados; se han cerrado las fuentes gubernamentales a la información de interés público; arrecia el acoso fiscal, la amenaza de legislaciones coercitivas a directivas e individuos de medios digitales; se difama, sin aporte de pruebas, a conocidos periodistas; el gobierno usa recursos de los contribuyentes para financiar medios oficialistas o serviles al régimen; promueve el incesante bombardeo de troles oficialistas que insultan, calumnian y amenazan en las redes sociales”.
Para reforzar lo anterior el autor del artículo puede agregar otros rasgos del comportamiento oficial, así: “Y, en abono a lo dicho, que se documenta en diversas fuentes, incluyendo las del régimen, se suma la mordaza impuesta a maestros que ahora, por orden expresa del Ministerio de Educación, están incapacitados de señalar necesidades elementales propias y de sus alumnos; silencian a médicos que no pueden divulgar el estado de la salud pública; las sanciones impuestas a un abogado, por haber publicado un artículo sobre la invasiva política del gobierno en el Órgano Judicial, y muchas maniobras más”.
No apartarse nunca del tema principal. Toda idea o concepto en el artículo debe estar relacionado con él. Ya hemos declarado que el libre ejercicio del periodismo se encuentra en crisis, en El Salvador, por las causas enumeradas. Ahora se pueden plantear posibles vías, si no de solución al problema, al menos de una sistemática presión al sistema impositivo: “Los integrantes de la sociedad políticamente activa —y eso nos abarca a todos los ciudadanos, en particular a los periodistas— deberán mantenerse firmes en sus opiniones, recoger las denuncias ciudadanas bien documentadas sobre actos de corrupción, arbitrariedades, ilegalidades, darlas conocer; si se les niegan las tribunas convencionales, háganlo sin cesar por las redes sociales; por otra parte los ciudadanos no deben dar por sentado que sus denuncias y demandas van a ser desoídas por los titulares de instituciones serviles al régimen; no importa que no hagan caso, apelen a ellos, inunden al Ministerio de Trabajo con demandas por los despidos ilegales o, a la Sala de lo Constitucional, a la Fiscalía por detenciones sin el debido proceso, apelen a todas las instancias que aun cuando los titulares no respondan o declaren sin lugar sus alegatos, estarán obligando a estos funcionarios a incurrir en actos arbitrarios y negligencia en el ejercicio de sus funciones; eso los hará quedar expuestos a la condena tanto de la opinión pública que tiene un peso enorme en el orden interno como a nivel internacional. Persistencia en la demanda de justicia, de respeto integral a los derechos fundamentales de los ciudadanos, esa es la consigna”.
Para finalizar el artículo, que ya sobrepasa, aunque poco, a las 700 palabras, se atan los conceptos en él vertidos con una conclusión: “No debe olvidarse que todos los regímenes dictatoriales de América Latina, con excepción de Cuba, han tenido una vida corta y El Salvador no será la excepción. Sólo es cuestión de tiempo para que los diputados, ministros de estado, funcionarios en general y el gobernante mismo, del partido N, terminen rindiendo cuentas ante tribunales propios o extranjeros”.

¡Felices fiestas por el Día del Periodista, colegas!