Brutal secuestro de un joven crítico del dictador de Bielorrusia

Las dictaduras, sin excepción, persiguen, castigan, oponen con todos los medios a su alcance la crítica, los señalamientos, la difusión de la verdad, sea encarcelando informadores y críticos, sea escondiéndose tras sucesivas cortinas de humo, troles, distractores, griteríos, acusaciones

descripción de la imagen
Foto: Alecus

Por El Diario de Hoy

2021-05-24 8:26:20

Los esbirros de Lukashenko forzaron el aterrizaje de un vuelo de Ryanair de Atenas a Riga para sacar del avión por la fuerza a un joven periodista crítico del régimen de Bielorrusia y a su novia, a quienes de inmediato acusaron de “terrorismo”, un cargo castigado con 15 años de cárcel, lo que de inmediato ha provocado la condena de la Unión Europea, de Naciones Unidas, de Polonia y de los organismos que velan por los Derechos Humanos y la libertad de información en el mundo. Esto de seguro tiene sin cuidado a Lukashenko, que recibe el apoyo político y asistencia económica de... ¿imaginan de quién?... nada menos que de Putin el envenenador.
El secuestro y encarcelamiento pone en evidencia la realidad de nuestro tiempo: las protestas, condenas, denuncias, como se les quiera llamar, “les resbalan” a los dictadores del mundo mundial, que pese a estar confinados en los castillos donde se encierran, no sueltan ni un instante el poder.
Se dio en Centroamérica, hace muchos años, un caso casi igual: un opositor de Somoza padre tomó un vuelo de Guatemala a San José, vuelo que no hacía escala en Managua. Pero el dictador arregló con los pilotos de la línea, la extinta Pan American, que tocaran tierra en Managua, donde sacaron por la fuerza al muy molesto crítico, al que de inmediato hundieron en la cárcel.
El epílogo de esta historia es que la Pan American tuvo que indemnizar con muchos millones a la víctima, lo que no va a suceder con Ryanair, que igualmente sufrió por el forzado aterrizaje de su nave...
Las dictaduras se apoyan en un incontestable hecho: pueden asesinar a opositores, ametrallar manifestaciones, hacer pasar hambre y privaciones a sus pueblos sabiendo que lo más que puede suceder es que los condenen “en los términos más contundentes”, como está pasando con los militares que usurparon el poder en Myanmar (antes Birmania): condena, tras condena, tras condena... pero no se pasa de eso.
Washington ha puesto toda la presión diplomática, económica, etcétera, sobre Maduro, pero nada saca a ese brutal dictador de su trono, aunque él puede agitar masas y causar terribles disturbios a lo largo y ancho del Hemisferio.
El señor dictador en nuestro suelo manipula lo que puede con troles y “cortinas de humo”
Lo muy repudiable es que a la par de las fuertes condenas de gobiernos occidentales a las dictaduras, muchas de sus famosas figuras, las “celebridades” no tienen ninguna vergüenza de tratar con ellos, en particular con Putin el envenenador, que en 2013 celebró un evento “de caridad” donde cantó, dirigió la orquesta y de seguro fue de mesa saludando, derrochando “charm”, el mismo dictador que mantiene en una cárcel a su crítico Alexei Navalny, al que hace un tiempo envenenó y fue rescatado por la canciller alemana Merkel de la clínica donde estaban rematándolo.
Los cargos contra Navalny son de “traición”, terrorismo...
Las dictaduras, sin excepción, persiguen, castigan, oponen con todos los medios a su alcance la crítica, los señalamientos, la difusión de la verdad, sea encarcelando informadores y críticos, sea escondiéndose tras sucesivas cortinas de humo, troles en las redes sociales, distractores, griteríos, acusaciones, como en nuestro caso el escándalo montado con la extradición del suegro de Funes, cuyo “lavado” es un pecadillo menor en comparación con las exorbitantes compras del exministro de Agricultura, que tanto perjuicio causó a la agricultura nacional, a lo que debe agregarse la forma burda como están tapando el caso del “monstruo de Chalchuapa”...