Diplomacia y estrategia en tiempos de pandemia

Es menester y de vital importancia robustecer las relaciones internacionales, ya que todo esto de una forma directa o indirecta influye en un país, dependiendo de cómo se manejen y los acuerdos a que se llegue con estas relaciones

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Los actores Itatí Cantoral y Eduardo Santamarina. Fotos: Captura de video y AFP

Por Luis José Samayoa Rodríguez

2021-05-31 5:44:59

Al hacer referencia a la palabra Diplomacia, tomando en consideración el contexto actual, podríamos recurrir a una definición que nos permita comprender y encuadrar dicha cuestión. La diplomacia consiste en: “La ejecución de acciones por parte de los Estados para que las relaciones entre ellos no se instrumenten principalmente a través de las presiones, coacciones y amenazas, sino que se armonicen intereses en común para el beneficio, el desarrollo y la prosperidad de estos”. Lo anterior refleja que las buenas prácticas y estrategias diplomáticas deben ir encarriladas a conducir los asuntos exteriores por medios pacíficos, principalmente la negociación, el consenso y el compromiso, dejando a un lado los caprichos y siendo pragmáticos y tolerantes como parte de una buena gestión en las negociaciones que surjan en tal sentido.
La pandemia ha dejado a la luz el deterioro y desgaste internacional de los últimos años, complejidad en políticas exteriores, importancia de actualizar los procedimientos de acercamiento y entendimiento con las demás naciones, sin dejar de hacer mención de la falta de efectividad y decaimiento de los países en diversos sentidos. La diplomacia en las relaciones entre países es muy importante, ya que a pesar de que haya tensiones entre países y desacuerdos entre presidentes, políticos y altos cargos, lo que se quiere evitar es llegar a un conflicto. Se puede decir que gracias a la diplomacia existe una mejor calidad de vida para los ciudadanos.
Crisis abiertas desde muchos años atrás, como lo que acontece en Afganistán, ejemplos como la guerra entre Armenia y Azerbaiyán en Nagorno Karabaj o la ofensiva etíope en la región del Tigray; la crisis política en Venezuela, en donde al parecer toda esperanza de transición pacífica y democrática se ha esfumado, y qué decir de las migraciones masivas y desplazamientos forzados de miles de personas que buscan una mejor calidad de vida y un futuro mas prometedor, bajo un aliento de esperanza y prosperidad en sus vidas, por mencionar algunas de las diversas situaciones que requieren atención e implementación de estrategias diplomáticas claras y eficientes a lo largo del tiempo por parte de todos los países.
Por tanto, es menester y de vital importancia robustecer las relaciones internacionales, ya que todo esto de una forma directa o indirecta influye en un país, dependiendo de cómo se manejen y los acuerdos a que se llegue con estas relaciones. Todo esto puede afectar en diversas aristas sociales como la economía, la salud, educación, política y demás, así como también el que un país pueda avanzar de forma estable. Acuerdos bilaterales y multilaterales son los engranajes de un sistema que unifica de manera pacífica a la mayoría de las naciones del planeta. La diplomacia, pues, es una disciplina que vuelve a cobrar relevancia en el siglo XXI y para la cual los nuevos involucrados deben estar preparados y no tomar la diplomacia como un asunto de química personal, sino que se propongan soluciones a problemas concretos para la mejora y sostenibilidad en el tiempo, para beneficio de las naciones.

Abogado, Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas, Decano de la Universidad Nueva San Salvador