El 16 de abril, el Fondo Monetario publicó su reporte sobre la situación fiscal del país y las proyecciones macroeconómicas para este y los próximos años. En ese momento el FMI había estimado que la economía salvadoreña se contraería 5.4 % este año, para recuperarse casi en su totalidad en 2021, al proyectar un crecimiento de 4.3 % para el próximo año. A ese se le conoce como el escenario de recuperación en forma de V, y corresponde a un escenario optimista, en contraste con escenarios en U (recuperación más lenta, de un par de años), o L (escenario de depresión económica, estancamiento más prolongado).
A la luz de la evolución que ha tenido la economía en los últimos meses, y de las nuevas cifras que ahora tenemos disponibles, prácticamente tenemos que descartar cualquier posibilidad de un escenario en V para la economía salvadoreña, es decir, se ha esfumado la posibilidad de una contracción corta con un rebote en los próximos meses.
De hecho, en su última actualización de proyecciones económicas globales, el IMF ajustó a la baja sus estimaciones de crecimiento de la economía mundial, estimando una caída de 4.9 % para 2020.
¿Qué nos dice entonces la información más reciente publicada por el Banco Central de Reserva, por el Ministerio de Hacienda, así como las cifras de empleo del seguro social? Veamos brevemente algunos datos:
1. Deterioro de las finanzas públicas: el déficit fiscal y la deuda pública será mayor a lo que inicialmente se había proyectado
La deuda al inicio del 2020 rondaba el 70 % del PIB, y en el escenario de V del FMI, esta llegaría a 82.2 % a fines de este año. Dado que la economía caerá más de lo que proyectaba el FMI, y dado que ello implica una caída de ingresos del gobierno mayor a la esperada, es muy probable que la deuda supere el 90 % del PIB al final del año. Tal como se muestra en la siguiente gráfica, sería un nivel de endeudamiento que no se ha visto previamente, y la consecuencia es que ello nos deja en una posición sumamente frágil ante un nuevo rebrote del virus, un desastre natural, u otro fenómeno que afecte al país. Por otro lado, el alto nivel de endeudamiento significa que el país tendrá que dedicar más recursos al pago de la deuda (servicios de la deuda), lo que implica menos recursos para gasto social y otras prioridades de nación.
Gráfico 1: Evolución de la deuda total como porcentaje del PIB, 1991 – 2020