Lo que está por venir

¿Qué nos corresponde al resto? Entender que una mascarilla colocada en todo momento, el aislamiento social y el lavado de manos son nuestra tarea para reducir el riesgo de morir.

descripción de la imagen
Para el CEO de Amazon Jeff Bezos también son importantes los talentos individuales. Foto AFP

Por Víctor Segura

2020-10-21 8:02:23

Pedro se exaltó y mirándole exclamó: “Aunque todos se aparten por causa de Ti, yo nunca me apartaré”. El Maestro entonces respondió: “Antes que el gallo cante, me negarás tres veces”.
La caída de la curva de infecciones ha creado una falsa seguridad. Sin embargo, el incremento de los casos presagia una segunda ola que algunos pensamos no nos visitaría. En Costa Rica se observó un incremento de casos a partir de junio, lo cual coincide con la implementación de la Fase I y II de su plan de apertura de la economía. A medida las actividades que implican socialización y agrupación de personas se liberan, la curva del infectados camina a la par. Hace algunos días han tenido que frenar la escalada a la Fase III. En El Salvador nos encontramos en esa fase de apertura de una forma mucho más acelerada y abrupta. ¿Qué nos espera? ¿Será nuestro futuro diferente al de nuestros hermanos cercanos del área?
Tal parece que las medidas de apertura económica tienen un talante suicida, ya que no queda otra salida para la asfixia financiera en que se encuentran los empresarios y trabajadores de sectores importantes de la economía. Creo, sería más honesto hablar con la verdad, de tal manera de que todos tengamos que afrontar los riegos de estas medidas, en vez de esquivar la responsabilidad de dichas acciones, que solamente enmascaran la realidad contra la ficción. El enfoque de las cuarentenas ya casi expiró su razón de ser. La verdad de esta medida solo se explica cuando el sistema se prepara con todo lo posible con la intención de evitar ser sobrepasado en extremo; sin embargo, no es su razón enfrentar las sucesivas olas de infección posteriores. Su fecha de utilidad ya prácticamente se venció, mas probablemente el de las cuarentenas focalizadas todavía sea viable por un tiempo.
¿Cómo explicar tal situación? La encuesta de la UFG de septiembre entrega un dato importante: el 8% de los encuestados manifiesta haber sufrido un contagio por el SarsCov2. Es decir que, todavía quedarían cerca de 5.9 millones de susceptibles por infectar en el país. Este dato, aunque impreciso, nos dice que estamos sumamente lejos de que, ante cualquier intento de apertura, esquivemos un repunte como respuesta ¿Qué nos queda? Siendo honestos, no creo que nos quede más que enfrentar la situación con una estrategia que reduzca lo más posible las bajas. El equilibrio, inevitablemente, tendrá costos en las economías familiares y en el llanto provocado por las pérdidas de algunos de los que amamos. Así de dura será la realidad.
El “Hospital El Salvador” no será una estructura transitoria. Todo lo contrario, deberá casarse con una cohorte de tiempo de al menos 2 años, ya que su existencia deberá permitir la oxigenación y sobrevivencia del sistema de salud terciario, quien como recurso extremo deberá participar de los rebrotes con hospitalización. La casi normalidad también exigirá un sistema de salud que trate sus dolencias usuales. Para ello, será necesario desahogarlo de casos COVID- 19 implementando un buen sistema de referencia y detección temprana de casos.
Si hemos aprendido la lección, deberá contarse con una adecuada dotación de equipos de protección para el personal de salud y de una conciencia colectiva que no obligue a ser también corresponsables, ya que, de lo contrario, seguiremos escribiendo nombres en la lápida de héroes que algún día adornará algún parque memorial.
¿Qué nos corresponde al resto? Entender que una mascarilla colocada en todo momento, el aislamiento social y el lavado de manos son nuestra tarea para reducir el riesgo de morir.
Pedro y los demás insistieron que no le abandonarían, más lo que estaba por venir sobrepasará sus buenas intenciones. Al final el temor pudo más que el deseo. Negar la realidad del COVID-19 no solo nos traerá vergüenza y dolor. El pecado de la falta infligida construye el muro de la muerte, a donde solo los lamentos ahogan el dolor del error.

Médico Internista-intensivista