Maestro, un poema para el retorno de los niños

Haz que la emoción se impregne en los niños y jóvenes, haz que la emoción recorra cada recinto del centro escolar y procura que se quede ahí, para siempre, porque la emoción es la puerta certera para el aprendizaje

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Imagen de carácter ilustrativo y no comercial / https://twitter.com/ALunaSilva/status/1374128459392376842

Por Ricardo Bracamonte

2021-03-23 6:58:53

Maestro, al comenzar el día del retorno, aún con el temor de la pandemia en el rostro escondido por la mascarilla, aún con la incertidumbre en la mano del padre de familia que no sabe a ciencia cierta si soltar a su hijo para que ingrese a la escuela; aún con las aulas a medio llenar y con los abrazos reprimidos hasta una próxima oportunidad; aún con todo eso, maestro, llena de emoción el ambiente de la escuela declamando un poema a tus estudiantes. Recita un poema y celebra con entusiasmo nuestra fe en la esperanza. Haz que la emoción se impregne en los niños y jóvenes, haz que la emoción recorra cada recinto del centro escolar y procura que se quede ahí, para siempre, porque la emoción es la puerta certera para el aprendizaje.
Cada 21 de marzo se celebra el Día Internacional de la Poesía. La UNESCO lo proclamó; pero más allá de una tradición, “la poesía en el aula de clase es importante porque nos ayuda a despertar los sentidos, en esta posmodernidad que estamos viviendo los muchachos viven pegados a la tecnología todo el día, eso nos pone en automático y nuestros sentidos incluyendo el sentido de la intuición se va mermado. Ya poco olemos, observamos, contemplamos, escuchamos, sentimos, probamos o intuimos; empezamos a entrar en una suerte de parálisis de los sentidos. La poesía al abrir todos tus sentidos te hace despertar la conciencia, afirma en reciente entrevista la poeta venezolana, Betsimar Sepúlveda, Directora del Festival de poesía de Cali, Colombia.
Roque Dalton lo corrobora en su breve poema “La poesía” que aparece en la Antología poética, de reciente publicación por la Fundación Roque Dalton y el Ministerio de Educación: El hombre de los ojos iracundos preguntó: ¿qué es la poesía?/El hombre de los ojos limpios/mirole profundamente, sin proferir palabra./En su mirada había poesía.
También lo confirma el escritor Roberto Armijo en su libro “Cuando se enciendan las lámparas”: En estos versos me propongo cambiar cielos grises/Por estrellas/Crear mundo de amor en este mundo de lobos/No es fácil entretenerse.
La escritora Sepúlveda reitera la imperiosa necesidad de que haya poesía en la escuela: “Sí, absolutamente sí. Las otras disciplinas, sin desmeritarlas, la antropología, la historia, son ciencias que hacen una descripción muy objetiva de nuestro trasegar como sociedad. Reseñan, fechan, clasifican, pero la parte humana no está allí, la memoria emocional no está allí. Los seres humanos somos una suma de memorias, por eso somos seres nostálgicos. La poesía es la única capaz de reconstruir la memoria individual y colectiva para entregársela a las generaciones que siguen”.
Y el poeta David Escobar Galindo lo reafirma en su libro “Pasión del tiempo”, donde recoge instantes vividos en medio de las ríspidas conversaciones previas a la firma de Los Acuerdos de Paz: Ayer soplaba el miedo en las ventanas/Ayer, ayer apenas parecía/Que todas las palabras eran vanas/Pero un dibujo frágil de armonía/Me hizo saber que son manos humanas/ Las que levantan la ilusión del día.
Sí, maestro, en medio del corre-corre de la planificación de las jornadas mixtas entre lo virtual y lo presencial, en medio del aprender a utilizar la computadora, no te olvides de escribir un sencillo poema en el muro más grande de tu instituto o en el pizarrón más sencillo de la escuela rural porque como dice Jorge Galán en su libro infantil “Los otros mundos”: Más allá del más allá/Donde águilas enormes son cometas/Hay una casa y en la casa un niño/Que sueña y sueña y sueña y sueña… sueña.

Profesor, Licenciado en Letras y Maestría en Política y Evaluación Educativa