¿Quo Vadis? El Salvador rumbo al Siglo 21

Ya pasó el tiempo de la confrontación; ya quedó atrás el tiempo en que usábamos nuestras fortalezas para tratar de destruir a quienes nos estorbaban; ya pasó el tiempo de estorbarnos unos a otros. Ahora es el tiempo de levantar la frente y sentirnos orgullosos de decir SOY SALVADOREÑO

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Conoce más sobre esta artista salvadoreña. / Foto Por cortesía

Por J. Miguel Kattan

2019-09-08 10:05:58

Este título pareciera ilógico, tomando en cuenta que ya hemos vivido dos décadas del siglo; sin embargo, es totalmente aplicable si consideramos que aún el país no había hecho lo necesario para incorporarse a los nuevos tiempos.

La llegada del Siglo 21 debió traer grandes cambios en temas tan importantes para el quehacer de la Nación y de cada uno de los sectores que conforman la sociedad. El progreso no solo se puede o debe medir por la cantidad de teléfonos inteligentes que operan, sino por la forma en que éstos se utilizan, la educación y cultura de quienes los utilizan y para qué los utilizan, los valores que estos operadores tienen y cómo se interrelacionan entre sí.
En el Siglo 21 pareciera no haber nada más democrático que un teléfono inteligente: casi todos tenemos uno, pero cada uno lo utiliza de forma diferente y para fines diferentes; perderlo u olvidarlo nos hace entrar en estado de pánico.

Pero aun cuando hay miles de razones por las que en pleno Siglo 21 la sociedad salvadoreña debería estar en pánico, tales como la falta de solidaridad, la carencia de valores o el desconocimiento de los mismos, la falta de inclusión, la desigualdad, la casi total falta de oportunidades, el bajísimo poder adquisitivo de los salarios, la falta de inversión privada y pública, el deterioro de los sistemas de salud y educación, la migración forzada, la violencia, la intolerancia, entre otros, pareciera haberse conformado a vivir de esta forma, pero gracias a Dios algo está cambiando.

Un remezón político hizo que todos reaccionáramos, unos al no aceptar que algo estaba cambiando y otros buscando la forma para subirse al barco del cambio, para no quedarse afuera. Es así como apenas a 100 días de haber tomado posesión el Presidente Nayib Bukele, un olvidado país llamado El Salvador, del cual hace apenas unos meses atrás alguien dijo que era solo un agujero de estiércol, se ha convertido en la joya de la corona, en la cereza del pastel.
Pero ¿Qué paso realmente, para que, en solo 100 días todo esto pasara?

Seguramente algo tiene que ver el teléfono inteligente, pero solo porque alguien inteligente, lo utilizó para decirnos algo que se nos había olvidado hace muchos años, “EL SALVADOR PUEDE SER UN MEJOR PAÍS”, “LOS SALVADOREÑOS PODEMOS SER MEJORES”, “PODEMOS TRABAJAR DE LA MANO GOBIERNO Y SECTOR PRIVADO”. Todo esto sería imposible sin un liderazgo verdadero y sin el remezón del que hablamos antes. Para que todo esto pase se necesita además de liderazgo, voluntad, pero, sobre todo, amor por el país y por su gente.

Ahora, a solo 100 días de este Gobierno, el Presidente nos vuelve a retar diciéndonos “Y esto apenas empieza”.

Algunos retrógrados lo tomarán como una amenaza, pero la mayoría de la sociedad lo toma como un reto y se dispone a sumarse a los esfuerzos de un presidente y de un gobierno para convertir el desarrollo de El Salvador en una meta de todo un país y no solo de algunos sectores. Ahora todos debemos preguntarnos ¿qué hemos hecho mal en las últimas décadas? ¿Por qué El Salvador dejó de ser lo que era? ¿Qué parte de culpa tengo yo de que eso haya pasado? Y en esta última pregunta está el verdadero reto, porque el solo preguntarnos eso nos obliga a hacer un cambio de dirección en nuestra manera de actuar, dejar de pensar en el YO egoísta y empezar a pensar en el NOSOTROS solidario; dejaremos de pensar en lo que tiene que hacer el otro —sea gobierno, empresario, empleado— y empezaremos a pensar en qué debo hacer YO; dejaremos de pensar en lo que YO quiero y empezaremos a pensar en lo que NOSOTROS necesitamos.

Y Esto Apenas Empieza es responsabilidad de todos, pero refleja la actitud y pensamiento de un líder que arrastra a las multitudes a unirse a un proyecto de nación.

¡Empresarios del transporte mejorando sus unidades, conductores y ayudantes dando un mejor servicio y usuarios cuidando el medio de transporte!

¡Instituciones de gobierno con funcionarios que cumplen su trabajo y dan un servicio adecuado y cortés a sus usuarios y a su vez los usuarios tratando decentemente a los funcionarios!

¡Dueños de medios de comunicación que exigen imparcialidad a sus periodistas, periodistas que comunican la verdad, y usuarios que no distorsionan las noticias!

¡Medios de comunicación empeñados a enseñar valores y principios a la sociedad en general y salvadoreños bien informados y educados, que hacen gala de esos principios y valores!

¡Industriales y comerciantes que hacen y venden productos de calidad a precio justo y que dan el servicio por el que se les paga!

¡Contribuyentes que se sienten orgullosos de pagar sus impuestos y que ven con alegría que los mismos son utilizados eficiente y eficazmente por el Estado!

Esto ciertamente no es solo tarea de unos, ES TAREA DE TODOS, ES LA FUERZA DE LA UNIÓN LA QUE NOS HARÁ GRANDES. ES EL CREER QUE PODEMOS SER MEJORES Y TRABAJAR PARA LOGRARLO LO QUE NOS LLEVARA AL ÉXITO. SOLO TODOS UNIDOS Y CON LA MISMA VISIÓN DEL PAÍS QUE QUEREMOS, ES COMO PODREMOS LLEGAR A TENERLO.

Ya pasó el tiempo de la confrontación; ya quedó atrás el tiempo en que usábamos nuestras fortalezas para tratar de destruir a quienes nos estorbaban; ya pasó el tiempo de estorbarnos unos a otros. Ahora es el tiempo de levantar la frente y sentirnos orgullosos de decir SOY SALVADOREÑO, y el teléfono inteligente sigue jugando un papel importante, nos acerca más a esto.

Y Esto Apenas Empieza…

Secretario de Comercio e Inversión.