Quien no oye consejo…

Por el bien de la población que ha puesto toda su confianza en este nuevo gobierno, es importante que tanto el Presidente como sus ministros tengan la humildad de reconocer la necesidad de pedir consejo a personas con más experiencia y el deseo de lograr el tan deseado desarrollo.

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18 ex ferrocarrileros que aun siguen con vida. Parados, arriba de izquierda a derecha: Marcelino Lara y Carlos Sosa, jefes de estación; Julio Mina, telegrafista. Abajo, parados de izquierda a derecha; Óscar Panameño, boletero; Juan Martínez, maquinista; Edgardo Morán, auxiliar del guarda almacén; Gregorio Vásquez, reparador de vía; José Romero, bodeguero; Juan Medina, despachador; German Shull, mecánico; José Cuéllar, carpintero; y Augusto Colocho, motorista. Sentados, de izquierda a derecha: Ricardo Golcher, mecánico; y Manuel Durán, jefe de estación. Foto EDH / Jessica Orellana

Por Teresa Guevara de López

2019-07-07 4:35:21

“Quien no oye consejo, no llega a viejo” era el refrán que daba a entender que, quien no estaba dispuesto a seguir las recomendaciones que el cariño y la experiencia que otros podían darle, además de terminar prematuramente con su vida, no conseguiría jamás el éxito por la soberbia de creer que lo sabe todo.

Al presidente tuitero parece no interesarle ni consejos ni críticas, muchas veces atinadas y respetuosas, pues responde de manera violenta, poniendo en peligro el respeto a la libertad de prensa, orgullo de cualquier democracia. Las expresiones presidenciales a un excelente artículo de Mariana Belloso son una muestra de que el gobernante es “de mecha corta” y que su falta de madurez no le permite escuchar otra sinfonía diferente a los halagos de sus más cercanos colaboradores.

En estos primeros meses de gobierno, todos estamos en disposición de darle el beneficio de la duda, así como a su gabinete compuesto por sus más allegados, pero que en general no parecen tener la capacidad ni la experiencia para desempeñar las difíciles carteras a su cargo y poder realizar los más que ambiciosos proyectos contenidos en el Plan Cuscatlán.

El índice de aprobación del 80% es obvio, porque luego de un presidente invisible durante el quinquenio anterior, la actitud de “Yo ordeno al ministro que despida a…y que su sueldo pase a formar parte de …” despierta un sentimiento de que al fin este barco tiene un capitán y estamos en el rumbo correcto. Aunque falta conocer si la disposición es constitucional y si se ha seguido el debido proceso.

Ha habido nombramientos sin base legal, porque falta la elección de una Junta Directiva o la creación de una nueva secretaría. En el caso de los brazaletes (tobilleras, porque no se ponen en los brazos) la orden del mandatario de suspenderlos no puede cumplirse porque sería atribución del Poder Judicial, pero demuestra que Bukele urge de asesores experimentados, y que él tenga la madurez de escuchar sus recomendaciones.

Para llevar a cabo sus ambiciosos planes de gobierno, urge de expertos capaces de analizar su viabilidad en el corto tiempo de su mandato, porque 5 años no son suficientes para algunos de los mega proyectos. Según el Comisionado Presidencial Luis Rodríguez, el Proyecto Plan Pacífico desarrollará una estrategia con la que se complementen el Puerto de La Unión, el de Acajutla, el muelle del Puerto de La Libertad con el astillero de Corsain, pues al considerar esto como un todo, se potenciaría la capacidad de este astillero, hasta convertirlo en el más grande de Latinoamérica. Ante un reto semejante, habrá que analizar si es factible de realizar durante esta administración, o se quedará como una promesa incumplida.

Hay grandes expectativas sobre las diferentes etapas del Plan de Seguridad, pues todos confiamos en que se logre cumplir con los objetivos propuestos. Pero con el debido respeto por la separación de los tres poderes del Estado, ya que el hecho de que los diputados pidan más información sobre el destino de los fondos y su fuente de financiamiento no los convierte en enemigos del pueblo, como los califica el gobernante.

Por el bien de la población que ha puesto toda su confianza en este nuevo gobierno, es importante que tanto el Presidente como sus ministros tengan la humildad de reconocer la necesidad de pedir consejo a personas con más experiencia y el deseo de lograr el tan deseado desarrollo. Habrá buenas intenciones de gobernar por el bien del país, pero cabe también el refrán que “el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones”.

Maestra.