Por Brentwood es un pequeño suburbio en medio de la Gran Isla, Long Island de Nueva York. Allí reside desde el siglo pasado una comunidad muy grande de salvadoreños, cuando transitas por la calle principal de la ciudad, la famosa "Suffolk avenue", es como sentir que vives en El Salvador. Allí no se habla inglés, "los Delis", son las tiendas donde se reúnen los guanacos para degustar de chilate y nuegado, yuca frita, panes con pollo o cualquier platillo con sabor cuscatleco. Los domingos todos van a la iglesia, a la cancha de fútbol, supermercados o lavanderías, así viven sus fines de semana después de varias horas de arduo trabajo honesto.
A pesar de pequeños incidentes normales como ocurre en cualquier ciudad, el tiempo pasa en paz y tranquilidad durante la semana. Los compatriotas, sin importar que llueva o haga sol, o aunque haya nevado la noche entera, despiertan con el alba, para ir a sus trabajos en la construcción o jardinería, en talleres o restaurantes; y hay quienes son abogados o agentes de bienes y raíces, contadores y doctores. Todos ellos, viviendo el sueño americano y contribuyendo al desarrollo de EEUU honradamente.
Pero en los últimos días, ese sueño se ha convertido en pesadilla, la persecución de inmigrantes, iniciada con la llegada del presidente Donald Trump, quien en su campaña en busca de la presidencia prometió deportaciones masivas y no solo para criminales como falsamente sus seguidores quieren hacer creer, promete arrasar con todos.
Las redadas en esa ciudad, al igual que otras partes de Estados Unidos están literalmente, a la vuelta de la esquina. La misma comunidad se encarga de advertir publicando videos y fotografías en las redes sociales, la ubicación de los agentes de ICE, el brazo operativo de la Agencia de Seguridad Nacional utilizado para capturar inmigrantes. A pesar de esas advertencias, la información para unos llega muy tarde, migración ya los ha capturado.
Es por eso, que este fin de semana pasado, miles de personas se tomaron las calles de Brentwood, para gritar al unísono "No kings day" y condenar las medidas antimigratorias de la administración actual, y esa denuncia la hicieron tanto en inglés como en español. Lo mismo ocurrió, en dos mil ciudades más, en marchas pacíficas a lo largo y ancho toda la nación
Todo esto ocurre, sin que el Presidente inconstitucional de El Salvador, Nayib Bukele actúe para buscar un alivio migratorio a millones de salvadoreños que viven allí desde hace décadas; él, quien disfruta de las mieles del poder, sin rendir cuentas, no mueve ni un dedo, por la diáspora salvadoreña, lejos de eso, se rumora, que tiene un acuerdo con la administración Trump para deportar masivamente a nuestros compatriotas.
Como una mentira quedó esa promesa que Bukele hizo a los salvadoreños que se presentaron a escuchar el primer discurso ante naciones Unidas, allí, frente al edificio de la Misión Permanente de El Salvador ante la ONU, en 46 Park Avenue, en donde prometió ayudar a sus compatriotas inmigrantes en situación irregular en EEUU. Todas esas promesas fueron mentiras, y el ahora dictador, en lugar de abogar por nuestra comunidad en el exterior, se ha coludido con Donald Trump para perseguir, deportar y encarcelar inmigrantes, en calabozos de El Salvador, a cambio de varios millones de dólares.
Diplomático salvadoreño