Escolarización, educación, aprendizaje

El recordado Dr. Luis Fernández Cuervo escribió sobre el libro de C.S. Lewis, “El diablo propone un brindis”. Brindaba por destruir los buenos sistemas educativos. ¿Cómo? “El principio básico de la nueva educación ha de ser evitar que los zopencos y gandules se sientan inferiores a los alumnos inteligentes y trabajadores”.

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Claire Taplin compartió en redes sociales las imágenes de su hija para generar conciencia en los jóvenes. Foto de carácter ilustrativo no comercial / https://www.facebook.com/claire.taplin.7/posts/10165005258915212

Por María Alicia de López Andreu

2021-08-06 4:00:17

El gobierno del Excelentísimo informa sobre enormes logros en educación. Pareciera que confunden “escolarización” con “educación”, e incluso, con aprendizaje. Porque muchos alumnos toman clases, pero no aprenden. Se gradúan, pero no están educados. Moisés Naím llamó “la mayor estafa del mundo” a la educación moderna, porque abundan los graduados e incluso LOS MAESTROS sin educación. ¿Qué hacer?
Iniciar por el ABC de la educación que, según Alberto Banegas Lynch, es “la trasmisión de principios y valores que dan sustento a todo aquello que puede en rigor denominarse un producto de la humanidad, alejándose de lo subhumano y lo puramente animal”. Es decir, volver al respeto, a los buenos modales, al lenguaje correcto y la actitud amable para con todos. Debe aprenderse en el seno familiar y practicarse obligatoriamente dentro de la escuela y en todas partes. Urge volver a costumbres como el saludo con quien uno se cruza; eso bajaría en algún grado el altísimo nivel de violencia actual.
El recordado Dr. Luis Fernández Cuervo escribió sobre el libro de C.S. Lewis, “El diablo propone un brindis”. Brindaba por destruir los buenos sistemas educativos. ¿Cómo? “El principio básico de la nueva educación ha de ser evitar que los zopencos y gandules se sientan inferiores a los alumnos inteligentes y trabajadores”. “Una sigilosa transición del significado real de esa palabra (democracia) a la creencia efectiva de que todos los hombres son iguales, que nadie tiene derecho a destacar en algo porque eso sería antidemocrático”. “Quienes son inferiores en algún sentido -o en todos- pueden trabajar con más entusiasmo y mayor éxito que en ninguna otra época para rebajar a los demás a su mismo nivel”. “Las diferencias entre los alumnos se deben disimular (…). En las universidades, los exámenes se deben plantear de modo que la mayoría de los estudiantes consiga buenas notas. Los exámenes de admisión deben ser organizados de manera que todos o casi todos los ciudadanos puedan ir a la universidad, tanto si tienen posibilidades (o ganas) de beneficiarse de la educación superior como si no”.
Es decir, se cambió el objetivo de “educar” por el de “igualar”. Y la única manera, era degradando a los mejores, porque los peores nunca podrían llegar a alcanzarles. ¿El resultado? Una juventud mediocre (hay excepciones, por supuesto), sin ideales, incapaces de expresarse correctamente, carentes de ortografía, que utilizan un léxico aberrante, cuyos modales se verían mal incluso dentro de una colonia de chimpancés. En esas manos queda nuestro país. Porque, siendo mayoría, escogen a sus similares, no a los mejores.
Lo dijo Don Carlos Alberto Saz en su artículo de esta semana: “Urge, entonces, comenzar con lecciones de moral, urbanidad y cívica en los centros educativos, con escuelas para padres de familia, con difundir mensajes edificantes en los periódicos, con proyectar programas de moral en los medios televisivos.”
Debemos rescatar nuestro sistema republicano, democrático y representativo. Debemos revivir nuestro Estado de Derecho. Y, prioritariamente, debemos corregir nuestro sistema educativo, convirtiéndolo en uno integral, de calidad, con énfasis en el respeto, en el amor a la libertad y a las artes, con valores cívicos, morales, familiares. Un sistema en el que los niños, desde pequeños, aprendan además sobre economía y finanzas para que (como sucede a muchos adultos actualmente) no se traguen bobamente una moneda tan falsa como el Bitcoin.

Empresaria.