El nuevo “round” del presidente

Es el caso que aquel que fue llamado a procurar la armonía y la paz social tiene un año de estar ofendiendo a cuanta persona diga algo que le incomode.

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Muchos salvadoreños que quedaron varados en el exterior ante el COVID-19 esperan por su retorno al país. Foto: Archivo

Por José Miguel Fortín Magaña

2020-07-06 7:56:45

En este país nuestro, en donde desafortunadamente hemos aprendido a odiarnos los unos a los otros y en donde la intolerancia reina, las epidemias y los desastres naturales hacen más estragos que en cualquier otra parte, porque lo que uno hace, el otro lo critica solo por el ánimo de hacerlo; y pocas veces —o acaso nunca— se considera a la academia ni a las ciencias.

Recientemente vimos que por enésima vez: el presidente se peleó e insultó a un excelente catedrático de una prestigiosa universidad, quien por otro lado respondió con gran elegancia, pero con afiladas palabras.

Es el caso que aquel que fue llamado a procurar la armonía y la paz social, tiene un año de estar ofendiendo a cuanta persona diga algo que le incomode. Hace unos días atacó a un colega infectólogo muy querido por el gremio y de gran prestigio; igual que ahora lo hizo con el doctor Oscar Picardo, quien ha demostrado una conducta integérrima y que es la actual víctima de la andanada del mandatario, lo que resulta curioso porque apegadas a la verdad, sus encuestas muchas veces han favorecido al jefe del Ejecutivo; pero hoy el catedrático osó sugerir un cerco epidemiológico circunscrito a los municipios, lo que difiere de la voluntad del presidente, e inmediatamente este último lo insultó y empezó un nuevo “round” en su interminable pelea, contra todos y cualquiera.

Esta situación se está volviendo crítica, porque desde que él ascendió al poder, ha ido empeorando en su intolerancia; y así desde hace algunos meses, ya no oculta el enojo que siente por casi cualquier persona o institución que contradiga cualquier cosa que tenga en mente.

Todos los médicos independientes consultados —incluyendo, por supuesto, a epidemiólogos, infectólogos y salubristas,  así como los académicos universitarios expertos en áreas afines— han coincidido en que de darse una nueva cuarentena, ésta debería ser focalizada y con especificaciones técnicas; pero eso despierta la ira de muchos de los seguidores del gobierno.

Yo particularmente estoy bastante cansado de pelear por defender las libertades de los mismos que insultan constantemente a quienes difieren en opinión del gobernante, cuando eso, el derecho a disentir, es lo más elemental en una democracia y en modo alguno debería ser motivo de discusión. Sueño con que en nuestra tierra exista tolerancia para los que piensan de otra forma y que nadie se sienta en peligro o perseguido por opinar diferente.

Es momento de empezar a valorar el bien común y tratar juntos de sacar adelante a El Salvador. El presidente ha insultado a muchos y por ello cada vez más intelectuales se sienten incómodos con el mandatario; pero la verdad es que Nayib Bukele es, nos guste o no, el jefe del Ejecutivo y sus decisiones resultan trascendentales para toda la población; por eso es necesario intentar que escuche lo que los académicos están diciendo.

Nadie quiere algo malo para el país y, aunque no estemos de acuerdo en muchas cosas, espero que no haya alguien tan perverso como para querer matar a la población; por eso expresiones como esas no contribuyen a la salida y nos separan más de la solución.

La cuarentena focalizada es una medida técnicamente aceptable y los cercos sanitarios controlados pueden ser de utilidad. Los recursos hospitalarios, Dios mediante, también se multipliquen y la coordinación intrasectorial será de gran beneficio; por hoy, hay buenas noticias y en varios hospitales hay excelentes galenos al frente.

Ya no es tiempo de más pleitos entre el Ejecutivo, la ANEP, los médicos, los catedráticos, los generadores de opinión, los partidos políticos y la población entera. Si seguimos así, nos ahogaremos. Tenemos diferencias pero podemos hablar, sentarnos y encontrar consensos, entendiendo que pensar diferente no nos debería convertir en enemigos.

Quiera Dios que entendamos que estamos a tiempo de salir del problema de la epidemia y que juntos, con la pluralidad de nuestras diferencias, podamos hacer de El Salvador un mejor país.

 

Médico siquiatra.