Al oído del embajador Johnson

Bukele ni es fiel a lo que usted representa, ni detendrá las migraciones, ni votará a la par de los Estados Unidos si no le conviene, ni dejará de acercarse a China. Su error de cálculo, mister Johnson, es que usted es un hombre bueno y cree que el presidente salvadoreño lo es; pero se equivoca

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La empresa está haciendo pruebas para enviar productos que no pesen más de 22 libras.

Por José Miguel Fortín Magaña

2020-06-15 9:22:20

Señor Embajador: cada cierto tiempo escribo al oído de algún personaje o grupo de importancia para la vida política de nuestro país y para la continuidad de la República. Así lo hice al oído del FMLN, advirtiéndoles sobre que no debían expulsar a Bukele; a Calleja, sobre qué pasaría si perdía las elecciones y cómo sus falsos amigos del momento, desaparecerían; al oído de ARENA, advirtiéndoles del peligro para ellos de la fracturación de su partido; etc. Y hoy, por su investidura, creo importante advertirle algunas cosas, que por otro lado probablemente ya consideró.
Cuando usted fue designado, su venida generó grandes expectativas en buena parte de la población que lo esperábamos con verdadera ilusión. Usted representa a la nación libre más poderosa del planeta, y este pequeño país, laborioso y emprendedor, pero con niveles alarmantes de pobreza, que ha sido fiel aliado del suyo y ha votado siempre a la par, recibe una indudable influencia de los Estados Unidos. Por eso, lo que allá se diga repercutirá en estas tierras.
Nunca sabré por qué su primer anuncio por Twitter fue de plácemes por venir a trabajar de la mano del presidente, antes que referirse a los ciudadanos de esta Nación o a cimentar las bases de nuestra incipiente democracia; pero su cercanía posterior con el mandatario salvadoreño nos demuestra que usted valora la amistad y que lo considera a él como a uno.
El peligro, sin embargo, Señor Embajador, es que, por el contrario: Bukele a usted no lo considera así. Simplemente está viendo una oportunidad de consolidar su estancia y lo utilizará según le convenga. Si usted piensa que lo que le diga a él o a sus hermanos es secreto; si usted considera que acaba de mantener una reunión confidencial o discreta, tenga la seguridad que no es así y que si al mandatario le conviene, lo tirará de cabeza y empleará todo lo que ustedes hablen, tergiversando el contenido, si eso le conviene.
En otros tiempos, algunos dictadores latinoamericanos fueron sostenidos por la Casa Blanca y hubo algunas frases que lo ejemplarizan, como aquella que dijera Cordell Hull, secretario de Estado de Roosevelt (aunque algunos lo atribuyen al mismo presidente) cuando sobre Somoza dijera: “Puede que sea un hijo de p… pero es nuestro hijo de p…”. Hoy la cosa ha cambiado y los intereses de su nación se dibujan de forma diferente, siendo más importante que cuidar el “America’s Backyard” como llamara otro presidente de su nación, James Monroe, a América Latina, la geopolítica de las migraciones, del petróleo y de la expansión china.
Y ahí está su error, Señor Embajador, porque Bukele ni es fiel a lo que usted representa, ni detendrá las migraciones, ni votará a la par de los Estados Unidos si no le conviene, ni dejará de acercarse a China. Su error de cálculo, mister Johnson, es que usted es un hombre bueno y cree que el presidente salvadoreño lo es; pero se equivoca. El jefe del Ejecutivo tiene claro su deseo de perpetuarse en el poder, y su cercanía con usted lo alienta. Me temo que ha caído en los “cantos de sirena” del mandatario y no está percatándose de que lo utiliza para mantener su popularidad, pero debido a que es un sociópata narcisista —lo digo como psiquiatra— lo traicionará a usted y a todo lo que hayan conversado, cuando le convenga.
En política puede que las percepciones interesen; pero desde el punto de vista cristiano, lo que importa es la verdad. Si ésta es o no popular, no es trascendente; y por eso hablo como hablo, porque vivo feliz en mi propia libertad, sin importar que alguien aprisione el cuerpo. Particularmente he admirado siempre a su nación y he creído que la Estatua que se encuentra en la Isla de la Libertad ha representado el “Sueño Americano”.
En lo que cabe, no permita que un aprendiz de dictador se apropie de este pequeño país, que hoy —un año después— es desafortunadamente mucho más pobre.

Médico siquiatra.