Alerta Langosta

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Por Eleonora Escalante 

2020-03-13 4:53:27

Desde tiempos históricos, los acontecimientos de la Biblia nos hablan de ciertos insectos llamados langostas, que habitan en el desierto a ambos lados del Mar Rojo. En Éxodo, la historia de Moisés clamando al Faraón egipcio por la liberación de los israelitas es una remembranza de cómo Dios deseaba librar a su pueblo de la opresión.

Entonces utilizó una estrategia super-natural en plena acción: las plagas. La plaga de sangre, de las ranas, de los piojos, de las moscas, del ganado, de las úlceras, del granizo, de las tinieblas y de las langostas. Cuando las langostas oscurecieron el viento, consumieron toda la hierba de la tierra, todo el fruto de los árboles y al final no quedó nada verde en la tierra de Egipto.

Las plagas fueron una estrategia de presión contra el Faraón egipcio, quien terco como nadie, y por su corazón egoísta endurecido se encaprichó con auto-destruir a su propia nación frente a Moisés. Finalmente, la última plaga acabó hasta con el único hijo primogénito del Faraón. Esta biografía nos recuerda que cuando existe injusticia y esclavitud, Dios tiene estrategias poderosas de libertad.

Según la agencia de noticias Reuters, en estos momentos hay un brote de langostas que está devastando los cultivos en África Oriental y otros países del medio oriente. Los enjambres de langostas del desierto han dañado hasta la fecha decenas de miles de hectáreas de tierra a ambos lados del Mar Rojo.

Es de recordar, que no es nuevo que las langostas aparezcan en el Medio Oriente y en África, pero las condiciones climáticas inusuales exacerbadas por el cambio climático han creado las condiciones ideales para que este año aumente el número de insectos de manera alarmante.

El grave problema es que las langostas no vuelan de manera individual, sino que se unen en grupos de millones, formando hordas densas que arrasan y comen todo a su paso. Las langostas se alimentan de casi toda la vegetación verde existente (hojas, flores, corteza, tallos, frutas y semillas) y cultivos de los campos que incluyen las cosechas de mijo, arroz, maíz, sorgo, caña de azúcar, cebada, algodón, árboles frutales, palmera datilera, hortalizas, pastizales, acacias, pinos y plátanos.

La plaga de langostas es un peligro para estos países, especialmente porque son zonas que viven en pobreza y enfrentan escasez de alimentos. Además, algunas naciones sin recursos sufren de conflictos o guerras civiles que agravan la situación de supervivencia para sus ciudadanos. Los países como Kenya y Etiopía reportan que se han quedado sin capital para fumigación. Somalia y Yemen siguen devastadas por la guerra civil y no ofrecen seguridad a nadie.

Pareciera que todos los líderes de esta región corren contra el tiempo para tratar de exterminar a las langostas, ya que las lluvias harán que las larvas eclosionen y que la plaga se reproduzca. Según la FAO, si no se contiene esta plaga de langostas a tiempo, la cantidad de insectos en África Oriental podría explotar hasta 400 veces en junio, lo que podría devastar la producción agrícola en una región donde viven más de 19 millones de personas hambrientas.

Mi reflexión final: Dios siempre utiliza su propia naturaleza para arreglar el desastre que se provoca a través de la injusticia. Especialmente al esclavizar injustamente a los inocentes. El cambio climático no es más que la consecuencia de no cuidar con amor, ni solucionar los problemas para todos seres humanos, animales y los recursos de la tierra. Y cuando existe un desequilibrio arbitrario y excesivo, ante Dios, no hay estrategia corporativa humana que valga.