COVID-19: el antes y el después del periodismo

Es excepcional quien pueda decir que no conozca a alguien que ha sido contagiado. En medio de la incertidumbre existen momentos de esperanza. Ánimo, Oscar. Extensivo a los demás comunicadores afectados por la pandemia. Todavía hay muchas historias que contar...

descripción de la imagen
La explosión de un meteorito sorprendió en Japón, la madrugada del 2 de julio. Foto captura de video

Por Carlos Domínguez

2020-07-07 6:16:53

Poco a poco la pandemia de COVID-19 ha impactado al mundo. Las cifras se han multiplicado exponencialmente. Es excepcional quien pueda decir que no conozca a alguien que ha sido contagiado. En medio de la incertidumbre existen momentos de esperanza.   Comparto, con su autorización, el testimonio del productor de televisión Oscar Orellana en el hospital a consecuencia de COVID-19. Destaco tres momentos diferentes, que indican evolución satisfactoria.

1 de julio 2020: “Ya 12 días en el ISSS. A diario extracción de sangre unas cuatro veces, pinchazos en los dedos, en el brazo o abdomen; control de arterias y presión; inyecciones, pastillas, sueros, antibióticos, vitaminas, anticoagulantes, esteroides, oxígeno permanente y otras tantas cosas más; pero todo eso no duele absolutamente nada, y a diferencia de muchos, soy dichoso de recibir este tratamiento. Estando aquí es tan normal ver la muerte de cerca y también pensarla, pero como siempre, predomina la vida, la cual se expresa de maneras tan sencillas y bellas. Ahí vamos poco a poco, ya que los motivos sobran para seguir respirando. Cuídense por favor”.

Un contundente llamado de un comunicador que se aferra a la vida, quien tres días después da ideas sobre la alimentación que debería recibir.

4 de julio 2020: “ Ya 15 días con oxígeno en el HMQ y creo que no me recupero debido a la comida. Con sólo que me dieran un sopón de chipilín o corazón asado del Macondo; la gallinita de Caluco, un par de chorys o una yuca de Nahuizalco; con un burrito al pastor de los tapatíos, un ceviche mixto del muelle de La Libertad, los nuégados del San Miguelito, un elote loco o un plato de chorizos típicos en Antiguo. Y un rico fresco de ensalada ya que desde enero no consumo alcohol. O con un poderoso mango twist, la carnita asada en el desvío de San Vicente o unos punches en alguashte. O cuatro revueltas con jalapeño. Y ya no digamos con el asado que preparamos en casa o con la sopita de pollo de mi madre, de seguro con esa me quito el oxígeno, me levanto y corro. Cuando todo esto pase me invitan a comer algo que a ustedes les guste, yo le entro a todo, desde panes mataniños para arriba”.

Optimismo en medio del drama que afrontan miles de personas afectadas por la COVID-19, pandemia que no hace distinciones de condición económica y social. Igual que Oscar hay 74 comunicadores afectados, según registros de la Asociación de Periodistas de El Salvador.

7 de julio 2020: “Pues ya 18 días ingresado en el HMQ tratando de ganarle la batalla al COVID-19. La buena noticia es que mi respiración va mejorando muy bien y ya solamente uso un sistema de oxígeno básico. De seguir así, tengo fe de que pronto superaré esta etapa de la enfermedad. ¡¡¡Gracias, querida familia y amigos, por seguir dándome fuerzas!!!”

Ánimo, Oscar. Extensivo a los demás comunicadores afectados por la pandemia. Todavía hay muchas historias que contar.

 

Periodista.