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Fumata blanca: ¿marcará León XIV una nueva era para la Iglesia?

Es aún muy pronto para saber cuál será su posición al frente de la Iglesia: si continuará el tono reformista de Francisco o si tomará una senda distinta. Pienso que se inclinará más por la vía de Bergoglio, y también pienso que León XIV ocupa su sitial en Roma con una misión: revitalizar una Iglesia universal en crisis, y guiarla con firmeza y humildad con los principios más humanos del cristianismo.

Por Agencias

La fumata blanca que salió de la chimenea de la Capilla Sixtina a las seis de la tarde del 8 de mayo anunció una nueva era en la historia de la Iglesia Católica. Después de poco más de 24 horas de cónclave y de cuatro votaciones, la elección del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost es un hecho trascendental que romperá moldes.

Con el nombre de León XIV, Prevost es el primer papa estadounidense en la historia de la Iglesia. Nació en la bella ciudad de Chicago; su padre era de origen francés e italiano, y su madre de origen español. Ha tenido una larga trayectoria pastoral en Perú, donde estaba a cargo de la diócesis de Chiclayo. Domina varios idiomas, entre ellos el español, en el que pronunció parte de su discurso en el balcón central de la Basílica de San Pedro.

De esa manera, León XIV está preparado para tender un puente entre el Norte y el Sur, entre el centro institucional del Vaticano y las periferias donde la Iglesia enfrenta sus desafíos más urgentes.

Para muchos –entre ellos el que esto escribe–, su elección es motivo de alegría y esperanza.

No es casualidad que haya elegido el nombre de León, uno de los más simbólicos del papado. El papa León I, conocido como “el Grande” o “el Magno”, defendió con firmeza a Roma, protegió a la ciudad de la amenaza de Atila, el rey de los hunos, y consolidó la figura del Papa como líder espiritual del mundo cristiano. Al adoptar ese nombre, León XIV parece estar enviando un mensaje claro: está dispuesto a ejercer un liderazgo valiente, abierto al diálogo y a la comprensión pero firme en sus posturas.

El nuevo papa asciende al trono de Pedro en una época difícil para la institución que preside. La Iglesia Católica sigue afrontando dilemas graves: ha sufrido escándalos de abusos, el secularismo avanza en Europa y en Norteamérica, y las divisiones internas sobre temas como el celibato de los sacerdotes, el papel de las mujeres en la Iglesia y la inclusión de los colectivos LGBT siguen generando tanto el apoyo de unos como dudas y rechazo entre otros. León XIV inicia su pontificado en un momento en que el mundo está sacudido por guerras y amenazado por el cambio climático. Además, el hambre, la pobreza y las migraciones exigen una voz moral fuerte que hable por los que no tienen poder.

Con su mezcla de rigor intelectual, experiencia pastoral y sensibilidad intercultural, León XIV podría ser esa voz. En sus largos años en Perú, conoció de cerca la pobreza, la exclusión y también la espiritualidad de los pueblos originarios. También conoció la desesperanza que empuja a los inmigrantes a cruzar fronteras en busca de sobrevivir. Esas vivencias probablemente marcarán su pontificado, como sucedió de manera similar con Francisco, el primer papa latinoamericano.

La elección de Prevost rompe la regla no escrita de que un norteamericano no puede ser papa, debido al enorme poder mundial de Estados Unidos. Pero su nacionalidad estadounidense (también es ciudadano de Perú) puede ser muy conveniente: en tiempos de polarización, un papa que entienda las dinámicas políticas y culturales del país más influyente del mundo —pero que no esté sometido a esas dinámicas— puede desempeñar un papel decisivo a la hora de tender puentes, denunciar injusticias y recordar que la fe no debe usarse como un arma ideológica, sino como un credo de compasión y justicia para todos.

Es aún muy pronto para saber cuál será su posición al frente de la Iglesia: si continuará el tono reformista de Francisco o si tomará una senda distinta. Pienso que se inclinará más por la vía de Bergoglio, y también pienso que León XIV ocupa su sitial en Roma con una misión: revitalizar una Iglesia universal en crisis, y guiarla con firmeza y humildad con los principios más humanos del cristianismo. Tanto los creyentes como los no creyentes debemos esperar que el pontificado de León XIV sea largo, sabio, solidario y valiente frente a las guerras, las injusticias y las profundas desigualdades de nuestro tiempo. El mundo lo necesita. [FIRMAS PRESS]

Andrés Hernández Alende es un escritor y periodista radicado en Miami. Sus novelas más recientes son El ocaso yLa espada macedonia, publicadas por Mundiediciones. También ha publicado el ensayo Biden y el legado de Trump con Mundiediciones y el ensayo Una plaga del siglo XXI, sobre la pandemia del COVID-19.

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Opinión Papa León XIV

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