Dolor y sufrimiento del pueblo

La Sala de lo Constitucional ordenó al ministro Alabí entregar equipo de bioseguridad al personal que trabaja con pacientes positivos y elaborar un registro del personal de salud contagiado por estar en contacto con pacientes infectados, lo que el ministro no ha cumplido.

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Rodolfo Parker, diputado y candidato del PDC. Foto EDH / Archivo

Por Teresa Guevara de López

2020-08-01 10:17:28

Dolor, compasión y rabia, sentimos los salvadoreños, ante el clamor de voces que claman por ayuda para superar el Covid y al que los funcionarios encargados responden con un cinismo impresionante, cubriendo con mentiras una realidad que ya no pueden esconder.
A Daniela le avisaron del hospital que a su padre le habían dado el alta, y al llegar a buscarlo le entregaron el cuerpo porque había fallecido dos días antes.
Mueren cientos de salvadoreños por falta de atención, sucumben médicos y personal sanitario luchando en primera fila, sabiendo que están firmando su sentencia de muerte, pues el gobierno no les proporciona el equipo de protección necesario para su trabajo.
Prestigiosos médicos especialistas han recomendado, denunciado y exigido un cambio de ruta de la manera equivocada que funcionarios ignorantes e irresponsables están jugando con la salud del pueblo, sin ser escuchados. “Un desorden desorganizado. No se han seguido ni siquiera los protocolos de la OMS./ Los médicos en primera línea pasan hasta seis horas con el traje de protección, en el que ni comen ni toman agua./Trabajadores del ISSS Amatepec denuncian reutilización de trajes usados, que no han sido desinfectados y que presentan mal olor y hongos./El equipo de protección que reciben consiste en 3 mascarillas para el mes y dos N95./ La fotografía frente al Hospital Rosales, donde vendedores ambulantes ofrecen gabachas hechizas, que el personal médico está comprando de su propio bolsillo, habla más que mil denuncias, ya que los compradores saben perfectamente que se están exponiendo a contagio y muerte.
La Sala de lo Constitucional ordenó al ministro Alabí entregar equipo de bioseguridad al personal que trabaja con pacientes positivos y elaborar un registro del personal de salud contagiado por estar en contacto con pacientes infectados, lo que el ministro no ha cumplido. Debe de estar muy ocupado con las denuncias del negocio privado de vender al Estado insumos médicos a sobreprecio, mientras asegura que no hay dinero para dar bonos a los médicos, ni un seguro para los familiares de los profesionales fallecidos, a menos que n la Asamblea Legislativa apruebe otro estado de emergencia. “No se puede decidir sin respaldo jurídico, el desembolso de bonificaciones que no estaban planificadas”. Aunque hayan realizado transferencias ilegales entre instituciones, cuando ha convenido a sus intereses.
Ante esta situación, las voces indignadas de los médicos no se han hecho esperar. Recordándole el juramento hipocrático que el ministro Alabí no está cumpliendo, le exigen renunciar y destapar la corrupción. Que se rumorea que hay insumos en las bodegas del MINSAL que no se han entregado, lo que constituye un delito, y le responsabilizan de las muertes del personal sanitario, que es el más alto en Centroamérica.
Médicos y enfermeras hicieron cola bajo el sol en la clínica móvil de la Plaza Salvador del Mundo, para que les hicieran la prueba Covid, que por justicia debió haberse tomado en los hospitales. El tema de las pruebas también está bajo sospecha, ya que el gobierno asegura haber gastado $3.5 millones en la compra de 110,000 pruebas, y aunque en donativos ha recibido más de medio millón de pruebas, sólo ha usado un 35%. Alabí se excusa con que manejar una pandemia supone dificultades, porque es una situación compleja. Lo que es evidente si la está manejando alguien que no tiene la capacidad ni decencia, al responder con prepotencia, que no piensa renunciar. Ante la llegada de médicos y enfermeras españoles, nos preguntamos si se les dará el mismo sueldo y el vergonzoso equipo de protección que recibe el personal salvadoreño.

Maestra.