Desconfinamiento en Europa afronta la espada de Damocles

Muchos eventos hacen soplar aires de esperanza, pero la espada de Damocles que representa el virus sigue presente

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Kobe Bryant durante su etapa de jugador en la NBA, con Los Ángeles Lakers. Foto EDH / Archivo

Por Pascal Drouhaud

2020-07-04 4:35:36

La pandemia de la COVID-19  está cobrando más de 10 millones de contaminados y más de 500.000 decesos. La OMS sigue emitiendo boletines de alerta, a nivel mundial, sobre la gravedad de la epidemia. Más que nunca, el continente americano se encuentra en el eje central de la crisis, llegando, por el momento, solamente los Estados Unidos y Brasil, a 4 millones de contagios y 160,000 muertos.

En Europa, después de 8 semanas de contención, los países salieron de esta situación en el transcurso de mayo pasado. Desde el 11 de mayo, Francia tanto como los demás países europeos han puesto gradualmente, en marcha, una lógica de desconfinamiento en el cual había entrado el 17 de marzo pasado.

Aunque el estado de urgencia sanitaria sigue vigente hasta el 10 de julio próximo, la apertura económica sigue su curso: bares, restaurantes, sitios públicos como los museos, espacios públicos como los cinemas, abren de nuevo. En Francia, todo el país se ha vuelto “verde” en el transcurso de junio, mientras se abren los destinos aéreos en Europa a partir del 1 de Julio.

Después de semanas de restricciones, la ilusión del desconfinamiento se capta en las calles de París : la terrazas de los bares se están llenando. Cualquier ocasión, a pesar del estado de urgencia sanitario, es aprovechada por jóvenes, para reunirse. El verano, en el cual entró Europa y Francia, permite a los que viven a la orilla del mar, aprovechar de las playas. Un gusto nuevo a la vida se hace sentir. Pero no es completo porque la preocupación está presente: a nivel sanitario se debe vivir en una forma de “cohabitación” con el virus. Llevar la máscara se ha vuelto acto común. Hay preocupación económica mientras la caída del PIB alcanzará los 8.2% este año y enorme desempleo. Parece que 2020 verá 500,000 empleos desaparecer; 2021 anuncia un mejoramiento;  por ejemplo, un crecimiento del PIB en Francia de 7.4%. Pero esta situación significa reestructuraciones inevitables de varios sectores: industriales, aeronáutica, turismo, entre otros. Ilusión con tinta de preocupación.

Por cierto, Francia controla la epidemia. Pero el virus sigue matando. Hasta hoy, hubo 29,813 muertos, 619 personas siguen en reanimación, 8,688 están hospitalizadas. El periodo  del confinamiento duró ocho semanas en las cuales, y desde entonces, la gente tuvo que aprender y aplicar medidas para contener y hacer retroceder el COVID- 19: gestos barreras, es decir, impedir el contacto con otras personas para que no sea posible transmisión del virus, distanciaron social para evitar agrupaciones y contactos que son naturales en un contexto social  ordinario, confinamiento.

Las consecuencias económicas han sido y siguen siendo importantes, y para unos comercios, dramáticos. La Comisión Europea anticipa una caída del PIB de los países miembros de la Unión Europea alrededor de unos 8%. Además de Francia, Alemania verá su PIB caer de 6.5 %, Italia 7%, Bélgica 7.2% , España, 9.4%.

El confinamiento y el proceso gradual que siguió tienen muchas consecuencias : la primera lleva sobre la forma de trabajar. El teletrabajo ha sido lo ordinario durante semanas. Hoy en día, 77% de los trabajadores que usaron esta forma de trabajo quisieran continuarla. Cambia el medio ambiente, pero también la “socialización” del empleado. El contacto físico es menos privilegiado, situación en favor de lo numérico en su dimensión laboral. Sectores enteros de actividades, que sean en la restauración, los transportes, los servicios, la construcción, han sido penalizados por el periodo de confinamiento.

Obviamente, el mundo de la cultura, aún ahora que se reabren los museos, está golpeado: los espectáculos no están programados. La Ópera de París, por ejemplo, sufre de un déficit de más de 50 millones de euros para este año. Ninguna presentación está programada para los próximos meses. Los cinemas reabren pero siempre con la regla de los “gestos barreras” y separación de 1.5 metros entre las personas. Las escuelas funcionan desde el 22 de junio pasado, para pocos días: el año escolar termina a principio de julio. La segunda vuelta de las elecciones municipales tuvo lugar el 28 de junio pasado, cuando hubiesen tenido que ser organizadas para el finales de marzo pasado.

Todo estos eventos hacen soplar aires de esperanza, pero la espada de Damocles que representa el virus sigue presente, a pesar de un apoyo del Estado a sectores completos de la economía tanto como de un acompañamiento social. Mientras tanto, la población aprende a convivir con el virus y ya entiende que la idea de volver a “la normalidad” que conocían antes de la crisis, es ilusoria: nuevos ritmos de trabajo, dificultades en toda la cadena de distribución, tanto como de los proveedores, cambios en la forma de consumir, tantos nuevos elementos que han reforzado el malestar social y la crisis económica. El post-covid abre espacios nuevos de incertidumbre en medio de la ilusión que provoca el hecho de volver a encontrar una forma de libertad.

 

Politólogo, especialista francés en relaciones internacionales, presidente de la Asociación Francia-América Latina (LATFRAN). www.latfran.fr