Durante el curso de esta pandemia —que si bien no es la primera, ni la única, ni siquiera la más terrible que le ha tocado vivir a la humanidad, sin embargo es la que nos toca a nosotros enfrentar— el gremio médico se ha visto impelido por la necesidad a concentrar mucho de sus esfuerzos en la atención de aquellos pacientes que, habiendo contraído el COVID19, han tenido las condiciones para desarrollar las complicaciones de la infección y sufrir de otros trastornos que a muchos han costado la vida.
De estas condiciones preexistentes mencionadas falta mucho por dilucidar, pero las hay también bastante estudiadas y sobre las cuales trataremos de centrar información en este y los próximos artículos, para generar recomendaciones veraces, con sustento científico, accesibles a la población y además que permitan tomar medidas preventivas; no con el propósito de no contraer la infección por COVID19, pero sí con la intención que de suceder el evento, por una parte nuestro cuerpo esté preparado para defenderse en mejor forma y, por otro lado, evitar en la medida de lo posible que las condiciones preexistentes se conviertan en el factor que determine el desarrollo de complicaciones a la infección.
Algunas de las poblaciones que han sido consideradas como más en riesgo dentro de esta pandemia para desarrollar complicaciones que los lleven rápidamente a una situación crítica de salud y en riesgo de morir, están aquellos con más de 65 años, los diabéticos, personas con sistema de defensa debilitado, y personas con insuficiencia renal.
Empecemos hablando de una situación nutricional sobre la cual ya muchos de nosotros hemos leído o escuchado, pero que sin más explicaciones puede no generar mayor confianza: es el caso de la recomendación de consumir ZINC (Zn) para prevenir las complicaciones de la infección por COVID19.
El Zn es un mineral que ocupa la posición 12 en la tabla periódica y que en nutrición lo llamamos oligoelemento y resulta que, en este caso del COVID19, reviste una enorme importancia: en primer lugar porque se ha demostrado que, de un adecuado contenido de Zn dentro de la célula que se ve infectada por los virus del tipo coronavirus, depende que la multiplicación de éste no se lleve a cabo de manera exitosa (Te Velthuis, 2010); en segundo lugar porque el Zn tiene la capacidad de “orientar” el tipo de inmunidad que ha de utilizarse en la defensa, es decir, humoral o celular (Prasad AS, 2000); en tercer lugar porque este oligoelemento tiene la capacidad de proteger epitelio de los tejidos nervioso, pulmonar, vascular, que son atacados en las complicaciones de la infección (Li, Y, 2020).
Y aquí es donde cruzamos esta información con las poblaciones a riesgo de las que escribimos párrafos antes: Ya se ha estudiado bastante que en personas ancianas, diabéticos (Mahía Vilas M, 2001), niños y adolescentes malnutridos (no cualquiera), es decir, los que tienen su sistema de defensa debilitado; los niveles de Zn en el organismo se encuentran bajos. Esto puede ser debido a un consumo deficiente de las fuentes naturales ricas en Zn, que son ostras, carne de res, semilla de pepitoria, maní y nueces.
La necesidad de disponibilidad para toda la población de dichos alimentos nos lleva a preguntarnos las razones por las cuales hay personas que mantienen consumos bajos de dichos productos y como se les puede ayudar a superarlas.
También los niveles de Zn en el organismo puede deberse a alteraciones en el metabolismo del Zn, que se ven empeoradas por el hecho que no se conoce que existan “reservas” del mismo en el cuerpo.
Entonces, si queremos proteger a las poblaciones mencionadas caso que contraigan el COVID19, y a todas la población en general, para que no generen complicaciones, la recomendación es consumir UNA fuente natural de ZINC CADA DÍA y además suplementar con 50 mgs./día vía oral de Zinc elemental (disponible en cualquier farmacia).
¡Hasta la próxima!
Médica, Nutrióloga y Abogada
mirellawollants2014@gmail.com