Datos y decisiones

Israel es uno de los países que ha manejado la pandemia de una forma eficaz. La información que recaban diariamente es extensa y accesible. Esto ha posibilitado que gobierno, investigadores, personal sanitario y público general colaboren entre sí y obtengan resultados. En ese país, las cifras de fallecidos han estado disminuyendo de una forma constante, tiene una tasa de inmunización elevada y, aunque las variantes del virus han provocado un repunte como en todas partes, el manejo de la pandemia y de las eventualidades ha resultado ejemplar.

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Por José María Sifontes

2021-07-23 6:53:46

La ciencia se basa en datos. Intenta descubrir entre los fenómenos observables lo que le interesa, distinguir la presunción de la realidad, conocer lo que pasa y separarlo de lo que creemos que pasa. En las ciencias aplicadas esto contribuye a la toma de decisiones, a la formulación de estrategias, a evitar gastos innecesarios en tiempo y recursos en lo que no funciona. Los datos son esenciales en este proceso pues permiten una ubicación precisa en la realidad a la vez que sirven de referencia para obtener nuevos datos. Así funciona.
La pandemia de COVID-19, una condición nueva, de la que no había precedentes, ha propiciado situaciones bastante interesantes y contrastantes. Por un lado, hemos observado que los avances científicos pueden acelerarse en una forma nunca prevista. Desarrollo de vacunas en tiempos que jamás se creyeron posibles, avances en ciencias puras y aplicadas a un ritmo impresionante y nuevos paradigmas en investigación y desarrollo, son partes de una nueva era. En contraste, también se ha observado la abismal diferencia entre países ricos y pobres, desarrollados y en subdesarrollo, en cuanto al acceso a los beneficios de la tecnología y al manejo de las crisis.
Un punto que se destaca, y que hace una notable diferencia, es el manejo de la información. En los países desarrollados la disponibilidad de datos ha permitido un abordaje más eficaz de los problemas que la pandemia ha ido generando. Universidades y otras instituciones de investigación, empresas farmacéuticas, grupos civiles y otros colaboran con las autoridades locales y nacionales produciendo respuestas oportunas y efectivas. En los países subdesarrollados como el nuestro la información es muy imprecisa y escasa, lo que resulta en que muy pocos puedan colaborar y en que los planes no tengan un rumbo claro.
¿Cuántas pruebas se hacen cada día? ¿en qué zonas geográficas? ¿cuál es la tasa de pruebas positivas entre el número de pruebas? ¿cuál es la forma de transmisión más común? ¿cuál es la vacuna que está dando más protección en nuestro medio? ¿cuáles son las razones por las que las personas no se vacunan? ¿a qué grupo convendría enfatizar la educación para lograr mayor aceptación de las vacunas? Estas son sólo unas cuantas preguntas cuyas respuestas sería importante conocer. Los epidemiólogos, los neumólogos, intensivistas y otros especialistas que trabajan en primera línea, tienen sus propias preguntas. Sin datos de base y sin acceso a su recopilación llegar a conclusiones es prácticamente imposible.
Israel es uno de los países que ha manejado la pandemia de una forma eficaz. La información que recaban diariamente es extensa y accesible. Esto ha posibilitado que gobierno, investigadores, personal sanitario y público general colaboren entre sí y obtengan resultados. En ese país, las cifras de fallecidos han estado disminuyendo de una forma constante, tiene una tasa de inmunización elevada y, aunque las variantes del virus han provocado un repunte como en todas partes, el manejo de la pandemia y de las eventualidades ha resultado ejemplar.
En toda crisis social las decisiones que se toman tienen consecuencias de profundo impacto. En las crisis sanitarias éstas significan vidas que se salvan o que se pierden. Los médicos han hecho y están haciendo su parte, pero necesitan toda la información posible para tener una perspectiva definida y clara, tomar decisiones, hacer las recomendaciones pertinentes y orientar el rumbo.

Médico Psiquiatra.