Ucrania-Rusia: posturas de una guerra de “baja intensidad”

La alianza dirigida por Estados Unidos busca, hoy en día, lograr una forma de equilibrio: evitar la escalada militar guardando una credibilidad haciendo revelar el costo demasiado alto de una agresión en el este de Ucrania. Esta forma de disuasión deja un margen de maniobra bastante estrecho, ya que la prioridad internacional de Washington consiste en contener y, si es posible, hacer retroceder, la influencia de China en el mundo.

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St. Luicie Medical Center, Florida. Fotografía de carácter ilustrativo y no comercial. https://www.google.com.sv/maps/place/St.+Lucie+Medical+Center

Por Pascal Drouhaud

2021-12-18 3:57:37

¿Qué está pasando a las puertas de Europa, entre Ucrania y Rusia ? Desde hace poco, los servicios de inteligencias occidentales constataron una concentración rusa de materiales, ya sean tanques, drones tanto como tropas, hablando de 100,000 soldados.
Esa situación provocó una reacción de los Estados Unidos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN/ NATO), que emitieron una advertencia hacia Rusia, quien sospechan que prepara un ataque contra Ucrania. Estas tensiones refuerzan una forma de incertidumbre en la región este de Europa, fronteriza con Rusia. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaro que “las intensiones rusas no son claras”, recordando que a principios del año ya se había vivido una concentración de tropas rusas.
Ahora bien, la situación actual consiste en un reforzamiento progresivo de la potencia militar a las puertas de Ucrania, emitiendo un mensaje estratégico hacia los Estados Unidos y Europa, que ripostan fijando límites de no traspasar. Rusia demuestra, por su parte, que la relación de fuerza juega por el momento en su favor. Le permite abrir espacios a la vez, para hacer entrever un posible acción militar pero, de igual manera, una ocasión para un diálogo con la OTAN.
Un conflicto podría llevar consecuencias graves para Rusia, afirman sus adversarios. A pocos días de la presidencia francesa de la Unión Europea, los instrumentos operacionales, políticos y diplomáticos están usados para evitar una guerra. La prevención permite recordar las realidades de la situación actual: apoyada por los Estados Unidos, Ucrania se benefició de ayuda en equipos militares de más de 2.5 mil millones de dólares desde 2014 y tras la anexión de Crimea.
La alianza dirigida por los Estados Unidos busca hoy en día lograr una forma de equilibrio: evitar la escalada militar guardando una credibilidad haciendo revelar el costo demasiado alto de una agresión en el este de Ucrania. Esta forma de disuasión deja un margen de maniobra bastante estrecho, ya que la prioridad internacional de Washington consiste en contener y, si posible, hacer retroceder la influencia de China en el mundo. La guerra digital global está abierta, llevando la inteligencia artificial entre las dos superpotencias mundiales.
En Europa esa realidad de tensiones obliga en introducir la noción de gradualidad en la respuesta que se dará a esta situación por ambas partes. Es importante recordar que si es aliada de los Estados Unidos, Ucrania aún no es miembro de la OTAN. Es decir, que no se aplica el articulo 5 de la organización, que estipula que si un miembro de la OTAN es víctima de un ataque, los otros integrantes considerarán ese acto de violencia como un ataque armado llevado a cabo contra todos.
Ahora, por cierto, las advertencias sobre represalias firmes y adaptadas pueden revelar lo que Moscú está pensando sobre los costos y beneficios de enfrentar directamente a Ucrania y sus aliados occidentales en la región del Donbass. Por cierto, desde 2014 una guerra entre separatistas y tropas fieles a Kiev, la capital de Ucrania, fracturó esta parte del país, dejando 10,000 muertos. Los Acuerdos de Minsk, del 5 de septiembre de 2014, debían resolver las tensiones.
Moscú reprocha hoy en día a Ucrania el hecho en no respetar dichos acuerdos y la puesta en marcha de una ley acordando de manera temporal una autonomía local tanto como la amnistía de las personas implicadas en la guerra del Donbass. Vladimir Putin quiere que no se extienda más la OTAN en el Este, a sus fronteras con Ucrania con un sistema de armamento preventivo y potencialmente con vocación ofensiva contra su suelo.
Tampoco acepta ver la cooperación en materia de seguridad con los Estados unidos e incluso Turquía, reforzarse, creando en lo absoluto, una plataforma militar considerada por Moscú, como hostil. El diálogo con el presidente Zelenski, de Ucrania, es imposible. Putin quisiera resolver el riesgo de “manera preventiva”. Los Estados Unidos y, a la vez, Francia, Gran Bretaña, Alemania e Italia afirmaron su voluntad en defender la soberanía de Ucrania sobre todo con posibles fuertes sanciones económicas. ¿Cuáles podrían ser ? Por ejemplo, impedir que se abra el gasoducto Norte-Stream 2 que está en espera de la certificación alemana, para que se pueda exportar el gas ruso hacia Europa. La otra posibilidad estriba en la posibilidad de sacar a Rusia del sistema de pago internacional “Swift”, esencial a los bancos para poder hacer circular el dinero.
Es decir, que se están buscando opciones para evitar un conflicto armado, entendiendo que desde por lo menos 2014 se está viviendo una guerra de “baja intensidad” permanente a las puertas de Europa. Rusia no tiene interés en afrontar sanciones económicas fuertes. Los Estados Unidos, concentrados en una rivalidad con Beijing, no quieren abrir un segundo frente internacional, mientras Europa necesita una alimentación energética proveniente de Rusia para su propio desarrollo. A pesar de las apariencias, las puertas de discusiones quedan abiertas mientras Francia asume, el 1 de enero próximo, la Presidencia de la Unión Europea. Reanudar con un diálogo duradero podría ser una meta estratégica para el presidente francés Macron a pocos meses de la elección presidencial francesa.

Politólogo, especialista francés en relaciones internacionales, presidente de la Asociación Francia-América Latina (LATFRAN). www.latfran.fr