¿Por qué es importante El Mozote?

La verdad, yo escribo porque no quiero otra guerra y eso sólo se logrará cuándo hagamos paces con nuestra historia. Usted y yo no podemos abrir los archivos, pero podemos escuchar, leer, informarnos y partir de allí para exigir justicia. Y no una justicia que conlleve cárcel, sino una en la cual la verdad resplandezca. Una justicia dónde se acepten culpas. Una justicia restaurativa.

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El cantante mexicano, Vicente Fernández, ofreció un concierto en agradecimiento al homenaje en Guadalajara. Foto/EFE

Por Carmen Marón

2021-12-12 3:54:53

Esta historia, para mí,comienza con una amiga de universidad que era sobreviviente de El Mozote. Pongámonos en contexto: una “niña” bien, pagándose sus estudios en una Universidad Nacional porque se había negado a estudiar medicina y su papá se había negado a pagarle su carrera de educación, lo cual la obligó a trabajar a los dieciocho. Infinitas gracias a mi padre, me hizo darme cuenta de que vivía en una burbuja.

Y esta niña bien, que creía que la FAES era la buena y la guerrilla la mala, escucha la historia por primera vez, contada por alguien que perdió a toda su familia y se salvó porque, casualmente, estaba en un campamento en Honduras. Imagínense el “shock” , los cuestionamientos internos, mis charlas con mi otro amigo, el ex guerrillero.

Me tomó tiempo, pero a finales de los Noventa empecé a hablar de El Mozote en casas “bien”. La respuesta es que nadie quería oír. Era la posguerra, y el mero hecho de sugerir que la FAES, que nos había salvado del comunismo, había cometido una masacre, era demasiado. O me callaban o no me volvían a invitar.

Cuando ganó Funes, pensé que se podría hablar. Por el contexto político no se pudo. Y así, hasta hoy.

Miren, El Mozote es importante porque al final es la suma de todas las injusticias de un sistema que no queremos cambiar como país: si eras pobre, campesino, y vivías en cierta área del país eras comunista. Falacias. Juicios temerarios. Represión. Y eso nunca debe volver.

Yo ignoro las razones políticas por las cuales no se abren los archivos, pero sí sé una cosa...si no hablamos de El Mozote, no podemos hablar de justicia. Si no hablamos de El Mozote, negamos nuestra propia historia. La historia son hechos, no opiniones.

Mi amiga me hablaba de los vestidos ensangrentados. Me hablaba del hedor de los cuerpos. De regresar a Honduras por veredas...

Mi amigo guerrillero me hablaba de su temor de los helicópteros, de cómo se escondían en el monte.

Y yo estuve junto a mi mejor amigo mientras velaba a su padre, un coronel asesinado por la guerrilla.

La guerra es una historia trágica. Mientras hay gente que se dedica a comentar con odio, otros me preguntan si mi línea no es demasiado “suave”. La verdad, yo escribo porque no quiero otra guerra y eso sólo se logrará cuándo hagamos paces con nuestra historia.

Usted y yo no podemos abrir los archivos, pero podemos escuchar, leer, informarnos y partir de allí para exigir justicia. Y no una justicia que conlleve cárcel, sino una en la cual la verdad resplandezca. Una justicia dónde se acepten culpas. Una justicia restaurativa.

¿Por qué es importante cerrar la historia de El Mozote? Porque como país nos va a dar respuestas a muchas interrogantes.
Y porque personas, como mi amiga, necesitan un cierre para una parte traumática de nuestra historia.

Educadora, especialista en Mercadeo con Estudios de Políticas Públicas.