Rompamos las cadenas de la violencia

El Salvador alcanzó un registro de 10,076 niñas y adolescentes embarazadas, 379 por violaciones. Esto refleja una de las tantas tristes realidades de nuestro país. Nos preguntamos: ¿se pudo evitar esto? ¿Qué papel jugaron las autoridades en prevención y cuál será el seguimiento de estas violaciones, a parte de las estadísticas?

descripción de la imagen
Sujetos violentaron la puerta de la Iglesia de Avivamiento Internacional (TAI). Foto EDH/ Gerardo Orellana

Por Gaany Cano

2020-12-04 4:56:54

Desde marzo de este año, cuando iniciamos la cuarentena, en redes sociales muchas voces sonaron las alarmas, advirtiendo que habría incremento de violencia y más violaciones al estar confinados los depredadores y sus víctimas.
Meses después tristemente nos dimos cuenta de los resultados según datos de MINSAL: hubo un aumento de embarazos en menores de 10 a 14 años en un 79.16% y en adolescentes y de 15 a 19 años en un 71.6%.
Ahora El Salvador alcanzó un registro de 10,076 niñas y adolescentes embarazadas, 379 por violaciones. Esto refleja una de las tantas tristes realidades de nuestro país. Nos preguntamos: ¿se pudo evitar esto? ¿Qué papel jugaron las autoridades en prevención y cuál será el seguimiento de estas violaciones, a parte de las estadísticas? ¿Qué acciones concretas van a tomar las autoridades y dependencias en estos casos?
Por lo que se ha observado en algunos casos que han sido públicos, los agresores generalmente son personas cercanas a las menores de edad. Vemos casos en que el padre, hermanos, tíos, abuelos, amigos o personas cercanas cometen los abusos. Las niñas y niños (porque también se abusa de los niños) son presa de los depredadores y en muchos casos quedan en silencio, no se da parte a las autoridades.
Ahora en el área rural el hacinamiento, falta de educación, codependencia de las madres al padre/compañero de vida que es el proveedor, exponen a las menores en la precariedad de las condiciones en las que viven, el problema va de generación en generación.
Esto ha sido una cadena de maltratos, no es cosa de hoy y si no se toman acciones continuaran los abusos. Los problemas sociales se nos salen de la mano y se transforman en otros problemas que al final se regresa como delincuencia, más pobreza, subdesarrollo, etc. Y como esto no se denuncia, se hacen práctica común, aquellas niñas y niños crecen con traumas y la violencia se perpetúa con más violencia.
Debemos buscar la eliminación de este problema. No es solo reconocerlo, es trabajar para prevenir la violencia, reforzar las instituciones, las leyes, brindar las condiciones sociales y económicas para corregir las causas. Es obligación del Estado a actuar y también es una responsabilidad compartida con todos los sectores de la sociedad que deben sumarse para combatir y erradicar la violencia, cada uno desde su lugar.
Las víctimas van a necesitar toda la ayuda posible, psicológica, económica, etc. y como sociedad debemos exigir justicia y proteger a las menores de edad que quedaron embarazadas, así como a sus bebés. No es el ideal que una menor tenga un bebé, pero es otra vida la que viene en camino.
El acompañamiento para estos casos es indispensable y sería bueno comenzar desde ya a brindarles a todas estas niñas la ayuda necesaria en salud mental, física y económica para que tanto ellas como sus bebés logre desarrollarse y salir adelante. Esto sería un gran paso como sociedad y un excelente programa que podría ejecutarse para comenzar los cambios que necesitamos.
Debemos trabajar en los problemas desde la raíz. En mi opinión, las dos cosas que se deben trabajar con urgencia: una es la justicia, para que no quede en la impunidad, revisar las leyes para que se castiguen fuertemente a los agresores, crear sistemas de denuncia efectivos y poner un alto a estos crímenes.
El otro punto es la educación, pensando de forma integral es uno de los factores que más influye en el avance y progreso de un país. Además de proveernos de conocimientos, la educación nos enriquece: la cultura, el espíritu, los valores y los principios, todo aquello que nos caracteriza como seres humanos civilizados. Si queremos salir del subdesarrollo debemos apostarle a la educación, integral y de calidad, para formar una mejor sociedad y fijar metas claras de nación.
Necesitamos invertir en la niñez desde las primeras etapas de la vida, en quien educa a los educadores y programas para los padres. Necesitamos corregir este camino que llevamos de violencia sobre violencia con urgencia para obtener cambios reales, trabajar a nivel individual, familiar y comunitario, unidos como sociedad.

Licda. en Mercadotecnia de la Universidad Dr. José Matías Delgado, Candidata a Diputada por San Salvador por el partido Nuestro Tiempo.