Filosofía, ¿para qué? Versión Infantil

A un niño (a) se le enseña filosofía con el método socrático, haciéndole preguntas sobre aspectos cotidianos; pero estas preguntas sencillas deben cuestionar y hacer pensar

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El Gobierno no ha rendido cuentas de las cajas solidarias. Foto: EDH / Archivo

Por Oscar Picardo Joao

2021-04-20 4:35:44

ás allá del gran planteamiento filosófico de Ignacio Ellacuría “Filosofía de la realidad histórica” (1990), uno de los textos más emblemáticos, sencillos y profundos del pensador zubiriano es “Filosofía ¿para qué?”, publicado en 1976. En 43 párrafos y 5 intertítulos, Ellacuría lleva a profesores y estudiantes universitarios en un viaje intelectivo, pasando por la erudición, el filosofar, Sócrates, el modo de saber, la realidad hasta llegar a una de las funciones esenciales del quehacer filosófico: Desideologizar.
Pero esto llega algo tarde al sistema educativo, es decir, se enseña o se trata en el nivel terciario o superior, y fue Matthew Lipman –con apoyo de Ann M. Sharp- quienes se dieron cuenta de que al trabajar con estudiantes universitarios se notaba la ausencia del pensamiento filosófico, es decir, no había pensamiento crítico y creativo en los discursos.
En este contexto, crearon un programa integral, con narrativa, discurso pedagógico y didáctico, de filosofía para niños (as). Jordi Nomen, profesor de filosofía catalán, retomó los aportes de Lipman y diseñó una propuesta educativa de filosofía para niños basada en tres principios: pensamiento crítico, creativo y cuidadoso.
Jordi, nos da muchos argumentos: 1) Los docentes y padres o madres tienen la responsabilidad de trabajar con habilidades básicas de pensamiento de los niños (as), con preguntas, dibujos, interpretaciones; 2) La filosofía nos ayuda a cambiar de opinión y a ser agradecidos, también a preguntarnos sobre ¿Lo que se puede hacer, se debe hacer?, ¿qué necesitan las personas?: 3) Google tiene las respuestas, pero no las preguntas; el mundo es complejo e interdisciplinario; se necesita re-flexionar (volver a mirar) vamos muy rápido por la vida.
“El Mundo de Sofía” de Jostein Gaarder volvía a poner sobre la mesa en 1991 la posibilidad de enseñar filosofía a los niños (as); luego la serie “Merlí” en 2015 resituaba el debate de la importancia de la filosofía para los adolescentes.
Pero ¿es realmente importante enseñar filosofía a los niños (as)? y ¿Cómo, si es una disciplina tan compleja? La filosofía es un modo de saber, que impacta en el ser y en el hacer. Ayuda a humanizar y a pensar críticamente para resolver los problemas teóricos y prácticos de la vida. Además, aporta una visión holística y cultural de la sociedad y del mundo. Obviamente, hay muchas corrientes filosóficas y una historia de las ideas para encontrar o empatizar formas de pensamiento.
A un niño (a) se le enseña filosofía con el método socrático, haciéndole preguntas sobre aspectos cotidianos; pero estas preguntas sencillas deben cuestionar y hacer pensar. Tal como lo indica Jordi Nomen, cuando preguntamos a un niño: ¿Cómo te llamas?, y luego ¿por qué te llamas así? o bien ¿qué significado tiene tu nombre para ti? El niño comienza a reflexionar y a trascender. Hay muchas formar de preguntar.
Luego en la adolescencia podríamos avanzar preguntando por el sentido de la vida, por Dios, por la muerte, por el futuro, por la incertidumbre, por tu proyecto de vida o por el amor; interrogantes para hacer reflexionar a la gente sobran, los seres humanos somos muy complejos. Kant nos recomendaba preguntarnos: ¿Qué debo saber?, ¿qué debo hacer? y ¿qué debo esperar?
La filosofía evitará que él niño (a) sea un simple receptor y repetidor de conocimientos; siguiendo el método kantiano nos encontramos a la “duda”, una herramienta fundamental para acercarnos a la verdad de las cosas. No tenemos que dar por sentado el saber por autoridad, puede haber error o equivocación, en lo que dice el libro de texto, el maestro o internet, sobre todo hoy con tanta basura digital y fake news; ¿cuántas mentiras consumió Usted sobre el origen o tratamiento del SARS-Cov2?
Filosofía no es andar divagando por el mundo como un peripatético, haciendo preguntas abstractas o citando los clásicos. El pensamiento filosófico es un instrumento para descubrirnos y entender éticamente a los demás, ubicarnos en la sociedad; también su estudio nos lleva a conocer y comprender otras cosmovisiones y formar culturales de ser. Estos aspectos curan el racismo, el nacionalismo y el fascismo.
Filosofía es la búsqueda de un pensamiento mejor estructurado para entendernos, situarnos y relacionarnos mejor con los demás y con la naturaleza. No implica ser un radical ateo, marxista, idealista o existencialista. Es más, una filosofía coherente también cura el fanatismo.
Afortunadamente, también hay algunos Youtubers geniales que explican el para qué y el porqué de la filosofía; uno de ellos Enric Gel de “Adictos a la filosofía”…

Investigador Educativo/ opicardo@asu.edu