Unidad, sí o sí

El límite, entonces, es la unidad de la oposición y no la uniformidad de ideas. Es el anticipo de la sociedad que deseamos construir: pluralidad de ideas, pluralidad de intereses, pluralidad de clases sociales, pluralidad de ideologías

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Gabriel y Julio, fundadores del movimiento junto a un grupo de espectadores. Foto: Jonathan Funes

Por Edmundo Jarquín

2021-03-21 4:26:19

"Nunca es más oscuro, que cuando va a amanecer”. La sabiduría popular anticipa las dificultades que enfrenta actualmente la unidad opositora que no logra, hasta el momento, superar la siguiente pregunta: ¿permitiremos que las actuales y legítimas diferencias de opinión, y a veces hasta diferencias personales, nos condenen a seguir enfrentando la dictadura sanguinaria y represiva de Ortega? ¿Son, acaso, esas diferencias de opinión y personales tan importantes, que permitiremos que siga Ortega y su dictadura?
Estamos hablando de discrepancias de ideas o de opinión, a veces expresadas en diferencias personales, sobre cómo alcanzar el objetivo que compartimos: la democratización de Nicaragua. Diferente es el monolitismo dictatorial, en que las discrepancias, por mínimas que sean, no son toleradas como lo hemos visto en el gobierno y el Frente Sandinista. Pero el contraste es obvio: mientras en la dictadura, el monolitismo de opinión es condición de la eficacia represiva, en la oposición la discrepancia de opiniones, mientras no afecte a la unidad de la oposición, es condición de ineficacia opositora.
Las discrepancias en la oposición, legítimas por lo demás, han impedido, como en las semanas recientes, que no se ejerza suficiente presión sobre el gobierno para que se produzcan las reformas electorales que permitan elecciones verdaderamente libres el próximo mes de noviembre. Pareciera que la discrepancia con el vecino, el compañero de al lado, impide la acción conjunta sobre el gobierno. En verdad, si las diferencias de opinión en la oposición son tan grandes, ¿para qué el gobierno podría ocuparse de las reformas electorales, si suficientemente está entretenida la oposición de sus pleitos internos?
Recientemente, un hecho de la comunidad internacional pasó relativamente desapercibido para la oposición, por sus diferencias de opinión, en circunstancias que pudo haber extraído las consecuencias nacionales pertinentes, en términos democráticos. En efecto, el Almirante Craig S. Faller, Jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, compareció esta semana ante el Comité de Servicios Armados del Senado en los Estados Unidos. Entonces, manifestó preocupación por las privilegiadas relaciones del gobierno de Ortega con Rusia, y los vínculos estrictamente militares.
Atrás quedaba la visita, entre otras, del entonces Jefe del Comando Sur, en 2008, almirante James Stavridis en la cual aseguró “que las relaciones militares con Nicaragua son excelentes y espera potenciarlas en lo que respecta a la lucha contra el narcotráfico, la asistencia humanitaria y otros campos que podamos coordinar”, como se analiza en libro “Nicaragua, el cambio azul y blanco”, de pronta aparición.
Y más atrás aún quedaba la visita que el Jefe del Ejército, general Julio Avilés, realizó en 2016 a las instalaciones del Comando Sur en Florida, en la cual el Jefe del Comando Sur felicitó al Ejército de Nicaragua por su participación en la Estrategia Muro de Contención, para impedir el crimen organizado, narcotráfico y la inmigración ilegal.
El tema, entonces, es que las discrepancias en la oposición no permiten poner suficiente presión sobre las reformas electorales, dejan a su vez de prestar atención a lo que verdaderamente importa, y se proyecta una pobre imagen sobre la comunidad internacional.
El límite, entonces, es la unidad de la oposición y no la uniformidad de ideas. Es el anticipo de la sociedad que deseamos construir: pluralidad de ideas, pluralidad de intereses, pluralidad de clases sociales, pluralidad de ideologías. Precisamente, el Estado de Derecho Democrático que aspiramos a construir, está basado en la legalidad de la acción humana, solamente acotada por el respeto al derecho ajeno.

Economista y analista nicaragüense, excandidato presidencial por el Movimiento Renovador Sandinista (MRS).