Centroamérica es una región históricamente marcada por regímenes autoritarios, guerras civiles y polarización política. Si bien existen países como Costa Rica que han aprendido de ello, aún hay otros que siguen sin instruirse de su historia. Debido a la influencia del socialismo del Siglo XXI y la ola populista que golpea a toda Latinoamérica, Nicaragua está sumida en una debacle política que le está pasando factura en términos de libertad, democracia y derechos humanos.
El régimen ha suprimido, paulatinamente, las libertades de la sociedad nicaragüense y atentado contra la vida de cientos de personas en las protestas pacíficas, amenazado a la prensa independiente, atacado a las fuerzas de oposición política, redoblado la influencia de sus medios violentos de coerción y desmatelado el Estado de Derecho. La pregunta primordial es: ¿los nicaragüenses le han dado la espalda a la libertad?
Desde un punto de vista político, la oposición en Nicaragua ha pasado por una transición muy compleja. Luego de que el régimen le quitara la personería jurídica a la principal fuerza opositora, la sociedad civil no ha cedido y ha venido de una nula participación en el liderazgo político a un masivo apoyo a la democracia. Lo que resulta realmente alentador es que los esfuerzos civiles de los nicaragüenses han girado en torno al fortalecimiento de las instituciones de la democracia y el Estado de Derecho, condenando el mesianismo político y demostrando el compromiso de la ciudadanía con los ideales de la libertad.
Asimismo, Nicaragua pasa por un momento clave en que las semillas de la libertad caen en tierra fértil. Los atropellos perpetrados por el régimen han movilizado a distintos sectores de la sociedad nicaragüense (la academia, el frente femenino, el movimiento campesino, etc.) unidos por un solo objetivo: la libertad. Siendo optimistas, Nicaragua podrá dar enormes pasos rumbo a la consolidación de su democracia construyendo un gobierno abierto, inclusivo y fijando límites estrictos al poder gubernamental.
Aunque Latinoamérica pasa por escenarios políticos difíciles, el anhelo de libertad siempre sale a flote. Toda la región está despertando de un profundo sueño de utopías. Ahora más que nunca es momento de pregonar las ideas de la libertad.
Estudiante de Licenciatura en Economía y Negocios de la Escuela Superior de Economía y Negocios.