Carta a “El Dictador”

El martes 26 de enero del 2021 nos enteramos de una noticia que llevábamos meses esperando: la Sala de lo Constitucional aceptó una demanda que inhabilita a Walter Araujo como candidato a diputado. Molesto por conocer la inhabilitación de uno de sus sirvientes más fieles, Bukele lanzó un mensaje claro a la población desde su cuenta de Twitter. Cerca del aniversario del 9F, un día que vivirá en la infamia de nuestra historia, Nayib publicó un tweet en su cuenta de una pieza de ajedrez, seguido por una foto sin comentario de un grupo de militares uniformados y armados. La intimidación fue evidente, pero lo más aterrador vino después.
Pasada la amenaza, Bukele prosiguió a cambiar su foto y nombre de usuario a “Admiral General Aladeen”, junto con la foto del celebre protagonista de la película El Dictador. En la película, el General Aladeen es un dictador despótico y absolutista que gobierna a su país de forma arbitraria, una perfecta alegoría para el residente de Casa Presidencial. Fue un mensaje enfermizo, capaz de ponerle los pelos de punta a cualquiera, que se lee así: no se metan con los míos, que lo que pasó el 9 de febrero de 2020 se puede repetir cuando yo quiera. Los caprichos y la actitud infantil de Bukele son cada vez más alarmantes, poniendo en riesgo nuestra República con cada día que pasa sentado en la silla del presidente.
Lo cierto, Nayib, es que por mucho que tu equipo de comunicación se esmere en distraernos, el lunes sufriste una derrota dura: la institucionalidad republicana y el respeto de la Constitución le dieron un jaque mate a tu pieza de ajedrez. Tu peón, aquel que publicaste en tu tweet, ha caído y no logró llegar al final del tablero. Walter Araujo y sus aspiraciones legislativas sucumbieron ante el poder de algo más grande que tu persona y tu barra brava: la República y su Constitución. Podés cambiarte tu nombre y hacerte llamar “Emperador Palpatine” si quisieras, pero ni eso podrá ocultar el hecho de que la carrera de Walter Araujo como diputado terminó mucho más rápido que la construcción del “Hospital más grande de Latinoamérica”.
Tampoco nos vas a distraer del hecho de que el pasado fin de semana se encontraron los restos de uno de los muchos fallecidos que tu gobierno reporta como desaparecidos, otro fracaso disfrazado entre farsas. Los salvadoreños estamos indignados, todavía con una herida fresca de un dictador que intentó tomarse el Legislativo; de un incapaz que negligentemente permitió la muerte de los ancianos en el Asilo Sara; y que actúa como tierraplanista negando la guerra civil que tanto dañó nuestro país. Esos son los recuerdos que tenemos presentes, a pesar de tu actitud de brabucón, ya no nos vamos a dejar intimidar por tu complejo de dictador y tu fetiche por el poder.
El 28 de febrero va a ser una fecha que tampoco vamos a olvidar, porque será recordada como el día en el que le quitamos sus aspiraciones a El Dictador. Walter Araujo es uno de los primeros que veremos caer y por mucho que le des trabajo en el gobierno, lo que pasa cuando uno de tus consentidos —como Milena Mayorga— se quedan sin trabajo, en la Asamblea Legislativa habrá un secuaz de dictador menos. Termino esta carta, Nayib, recordándote que la pandemia no ha terminado y aunque tu gobierno oculte las cifras para no parar la campaña de Mario Durán, salvadoreños mueren a diario por tu culpa. El 28 de febrero verás que el martes no solo cayó tu peón… caerán tus otros peones, tus torres, tus caballos, tus arfiles y tu reina. El jaque mate lo dará la República y la institucionalidad democrática.