Dolor, indignación y vergüenza han causado las desafortunadas afirmaciones de Nayib Bukele de que los Acuerdos de Paz fueron una farsa, y la guerra, un acuerdo entre dos cúpulas, por lo que su gobierno no celebrará los 30 años de la firma de los Acuerdos de Paz. Y aunque demuestra su desprecio por la Patria, que dice gobernar, y su ignorancia de la historia y de la idiosincrasia salvadoreña, la celebración será magna, organizada por el pueblo, marchando mañana 16 de enero como un rechazo más a la dictadura que pretende imponernos.
Los salvadoreños que sufrimos los 12 años de guerra fratricida, la muerte de seres queridos, la destrucción de gran parte de nuestro territorio, jamás olvidaremos que al firmarse en Chapultepec el acuerdo de poner fin a la guerra, el júbilo popular al conocerse la noticia fue desbordante. Sonaron las campanas de muchas iglesias, hubo Misas de Acción de Gracias y la alegría de saber que el horror había terminado, porque fue una realidad que desde entonces no volvimos a sentir el horror de las bombas.
Este logro tuvo resonancia universal, pues fue un ejemplo único en la historia en que mediante un acuerdo, por medios pacíficos, se podía poner fin a una guerra sin que hubiera vencedores ni vencidos. En la prensa internacional el nombre de El Salvador apareció en grandes titulares, fue tema de discusiones en foros de alto nivel, auspiciados por organismos internacionales, donde reconocidos funcionarios salvadoreños fueron invitados a relatar detalles de esta experiencia.
La poca talla moral de Bukele ha quedado más que demostrada en estos dos años en que hemos podido constatar su falta de preparación académica, de sensibilidad social, su desinterés por el desarrollo del país, con un ego desmedido, en que busca hacer brillar su insignificante persona, sin que le preocupe el daño que está causando al país. Pero el pueblo que él engañó para lograr sus votos ya descubrió el verdadero rostro del dictador, que no le importan las heridas que sus frases causen en los ciudadanos.
La conmemoración de la masacre de El Mozote lo retrata de cuerpo entero. Se presentó ante los humildes pobladores, con su abrumadora comitiva, lujo ostentoso e innecesario, acompañado de maquinaria pesada para destruir la casa comunal, que el pueblo había construido y decorado con frescos, como recordatorio viviente de la tragedia sufrida, y prometiendo que les construiría un CUBO, que nunca curará la herida causada en el alma del pueblo. Pueblo que no olvida su falsa promesa de abrir los archivos militares de El Mozote para hacer cumplida justicia y que luego, siguiendo sus órdenes, ninguno de los cuatro recintos militares permitieron al Juez Guzmán entrar a verificar la documentación y que luego fue destituido. Con una nueva mentira, prometió posteriormente enviar los archivos requeridos, los que fueron rechazados por ser fotocopias de material ya investigado.
El pueblo salvadoreño, que ama a su Patria, que ha luchado por ella y lo seguirá haciendo hasta el final, no necesita una celebración del gobierno de Nayib Bukele, que lejos de enaltecer una fecha que ya es sagrada, le serviría para un nuevo show, con alfombra roja, como el del 15 de septiembre para lucirse él y su familia, pagado con nuestros impuestos. Mañana,16 de enero, el pueblo celebrará con júbilo patriótico el 30o. aniversario de los Acuerdos de Paz, marchando unido como un rechazo a un mandatario que no ha respetado la Constitución que juró cumplir, y ha ofendido al pueblo salvadoreño en sus sentimientos más nobles.
¡ Todos a marchar mañana!
Maestra.