The Trump Model

Los gobernantes populistas o tiranos —afirma Carr— buscan tomar el control de todos los medios posibles para difundir su veneno público, reafirmando la teoría ficticia de George Orwell del Ministerio de la Verdad. ¿Les suena?

descripción de la imagen
Montgomery fue condenada en 2004 por estrangular a Bobby Jo Stinnett, de Missouri -embarazada de ocho meses. Foto The Grosby Group

Por Oscar Picardo Joao

2020-11-24 6:39:28

El modelo populista contemporáneo —o el modelo de Trump— es una construcción política sencilla y potente constituida por tres elementos sociológicos: 1) Identificar los principales problemas de un país; 2) Buscar o diseñar culpables significativos y visibles —élites— como causantes de estos problemas; y 3) Comunicar lo que sea —o mentir— utilizando las redes sociales, para que la gente vuelva a ver esos culpables y de algún modo los castigue.
Una vez completado el ciclo, el arquitecto del populismo pasa ser el redentor o mesías y así crea un pequeño imperio de base popular. Hay un distanciamiento del tradicional narodnismo, pero en el fondo la lógica es la misma: élites versus el pueblo.
Leyendo el Friday Cover de Magazine, titulado “What Trump Showed Us About America”, encontré dos buenos artículos sobre el fenómeno Trump, muy a tono para interpretar lo que sucede en muchos países gobernados por populistas:uno de Nicholas Carr titulado “Unfortunately, lies can Trump truth”, una pieza implacable sobre el populismo digital, y otro de Mark Bauerlein: “Trump exposed how overrated the elites really are”, una excelente interpretación sobre el debilitamiento de las élites tradicionales (Academia, Mass Media, Hollywood, Silicon Valley, Wall Street y Washington).
Carr cita un estudio MIT sobre Twitter (Science 2018) en el cual se concluye que las noticias falsas o engañosas tienen un 70 por ciento más de probabilidades de ser retuiteadas que las noticias verdaderas, en donde la audiencia de la información errónea es habitualmente un orden de magnitud mayor que la audiencia de informes veraces. “Las noticias falsas, generalmente, se difunden más lejos, más rápido, más profundo y más amplia que la verdad” concluyen los investigadores ¿Les suena…?
Los gobernantes populistas o tiranos —afirma Carr— buscan tomar el control de todos los medios posibles para difundir su veneno público, reafirmando la teoría ficticia de George Orwell del Ministerio de la Verdad. ¿Les suena?
Siempre creímos que la “verdad triunfa sobre la mentira” pero en el “Mercado digital de ideas” todo cambia, todo puede suceder, unos cuantos likes o la opinión de la ilustrada ignorancia de los influencers pueden invertir las cosas. En efecto, las redes sociales son las principales fuentes colaborativas de la mentira.
Carr cierra su pieza con una solución: sin institucionalidad, sin educación y sin leyes fuertes la mentira seguirá triunfando sobre la verdad. El problema es que todo esto se logra en el largo plazo, no es nada fácil reconstruir la institucionalidad, elevar la escolaridad del pueblo y hacer las reformas legales para una nación más racional.
Respecto al problemas de las élites, según Bauerlein, Trump logró que la mayoría de ciudadanos encontraran a los culpables de todos sus problemas: los presidentes de universidades, los actores famosos, los directivos de las grandes corporaciones digitales, los operativos del estabishment de DC, los periodistas. ¿Les suena?
Este tipo de políticos necesitan identificar un problema, un enemigo común, algo o alguien que catalice y amalgame las frustraciones de todos; y una vez identificado todos se vuelve fácil y se crea una atmósfera o un humor social. ¿Les suena?
En síntesis, la legión de explicaciones sobre las desigualdades, pobreza, corrupción o miedos no logra aportar una teoría suficientemente sólida de por qué razón la gente no logra identificar estos dos fenómenos: La mentira y el falso enemigo.
Finalmente nos preguntamos: ¿acaso Trump no es parte de la maquinaria de las élites? ¿No ha hecho su fortuna con los métodos de muchos empresarios exitosos, evadiendo impuestos y haciendo trucos a las reglas del mercado? ¿No ha estudiado en una universidad élite? ¿No ha utilizado los medios de comunicación para exponerse? ¿No ha hecho lobby político para ingresar al Partido Republicano? Trump es, en definitiva, de la misma casta de los mismos de siempre, sólo tuvo la habilidad de apuntar con su dedo índice a dónde está el enemigo, y todo el mundo volvió a ver. ¿Les suena?
Sólo cambien el apellido Trump y pongan el de su populista local y verán que todo coincide…

Investigador Educativo/ opicardo@asu.edu