Resumiendo

Hay una luz de esperanza. La multitudinaria marcha del 16/01/2022, conmemorando los 30 años de los Acuerdos de Paz, es una clara señal de que cada vez más salvadoreños levantan su protesta en contra de la ya confesada dictadura que estamos viviendo.

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Una ambulancia espera afuera del hospital donde fue llevada una de las personas fallecidas en Xcaret. AFP

Por María Alicia de López Andreu

2022-01-22 12:52:48

Procuro mantenerme enterada de los sucesos diarios de nuestra tierra, aun estando fuera del país. Abundan los desalentadores titulares, girando sobre conocidos temas inconclusos.

 

Ejemplos: los graves problemas originados por la pandemia (eso, también a nivel mundial) y el mal manejo actual de la misma a nivel nacional. Problemas en el sistema educativo, cada vez más deteriorado y “menos educativo”. Problemas con el tan cacareado sistema Chivo, nunca resueltos. Problemas de espionaje telefónico. Problemas de aumento en el precio de la canasta básica. Problemas causados por la inexplicable ley del bitcoin, criticada nacional e internacionalmente. Problemas por la inmensa deuda que pesa sobre los salvadoreños, sin que sintamos que el nivel de vida mejora en absoluto; por el contrario, aumentan el nivel de pobreza y el índice de inflación. Problemas de inseguridad, para la ciudadanía en general y opositores en particular. Problemas por la autoridad ejercida por las maras, ante la actitud sumisa y permisiva de las autoridades. Problemas por la falta de seguridad jurídica y abusos de autoridad de los Órganos del Estado, que ahora violan nuestra Constitución con absoluta impunidad. Problemas ante el inmenso gasto gubernamental, comprobable no mediante las cuentas que cada institución tiene la obligación de rendir - y que ocultan - sino mediante el ostentoso cambio de vida ocurrido para muchos funcionarios cyan. Gravísimos problemas con nuestra macroeconomía, lo que a muchos les tiene sin cuidado por ignorar que de ella depende, en gran medida, la salud de la economía familiar. Problemas de gigantesca corrupción y otros inmensos problemas adicionales, como el alza en el número de desaparecidos y posterior encuentro de cadáveres, abandonados en cualquier parte o enterrados en cementerios clandestinos, casos generalmente declarados “con reserva”, por lo que difícilmente podrá llegar a conocerse la verdad, para desesperación de los dolientes.

 

Es decir, en nuestro país impera no solamente un atentado absoluto a nuestros derechos individuales, sino la más grande falta de humanidad. La idolatría hacia el Confeso Dictador ha convertido a sus seguidores en seres sin alma, sin corazón y, desde luego, sin cerebro.

 

Porque con un poquito que se piense, es imposible no darse cuenta del desastre que estamos viviendo y de la debacle a la cual nos dirige, De inmediato notamos que su único objetivo es el poder total, satisfacer su inmensurable ego destruyendo todo aquello (o todo aquel) que pueda hacerle sombra o criticar sus divinas ocurrencias. De allí su obsesión por hacer desaparecer nuestra historia, lo sucedido antes de su encumbramiento a la presidencia. Para colmo, esta tendencia aumenta a diario, comportándose de una manera que escandaliza a las naciones democráticas, las que señalan los inmensos peligros que significan las grandes “innovaciones” que el Confeso Dictador pretende establecer. Eso, para cualquier país, especialmente para el nuestro, empobrecido galopantemente y con un pésimo nivel educativo. Actualmente viaja proponiendo nuevas utopías a contrapartes que, en varios casos, resultan poco recomendables.

 

Pero hay una luz de esperanza. La multitudinaria marcha del 16/01/2022, conmemorando los 30 años de los Acuerdos de Paz, es una clara señal de que cada vez más salvadoreños levantan su protesta en contra de la ya confesada dictadura que estamos viviendo.

 

Resumiendo: debemos salvar nuestra Patria. Tomemos conciencia, no desmayemos, tengamos la fuerza, la disciplina, la tenacidad y la prudencia necesarias para llegar hasta el final de la ruta.