Asesor presidencial: ¡¡Herr Adolf!!

El tema es que nuestro presidente y el Alto Mando de la Fuerza Armada, o al menos el ministro de Defensa, parecen querer decantarse por seguir bastante al “pie de la letra” las lecciones que nos dejó Herr Adolf Hitler.

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Por Mirella Schoenenberg Wollants

2021-02-05 10:54:07

El 16 de marzo de 1935, el casi recién electo Canciller de Alemania, Adolf Hitler, emitía una ley con la cual se disolvían las fuerzas armadas de la República, denominadas Reichswehr, para crear en su lugar las Wehrmacht, las “fuerzas de defensa de la Alemania nazi”, a lo que Hitler denominó la “nueva fuerza armada de Alemania”. ¡Esto ya lo escuché en otra parte!
Esta creación fue amparada en una ley, que violaba el Tratado de Versalles, cosa que le tenía sin cuidado al dictador; y dicha ley dictaba en su artículo 1: El servicio militar obligatorio es la base sobre la que se configuran las Fuerzas Armadas. ¿A qué me recuerda esto?
A la creación de este nuevo ejército siguió una inversión gigantesca en armamento, así como el incremento que se pretendía generar para la compra de armas para la Fuerza Armada, en el presupuesto que pretendía obtener el Órgano Ejecutivo para el período 2021. ¿Y será que el Gobierno de los Estados Unidos tiene buena memoria histórica y por eso le recortó ayuda militar a este gobierno para este año?
Y todos los efectivos de esa mal llamada “nueva fuerza armada de Alemania nazi” hacían el führereid o juramento al líder, a Hitler, juramento que decía lo siguiente: “Juro por Dios este sagrado juramento, que yo debo obediencia incondicional al líder del Imperio y pueblo alemán, Adolf Hitler, comandante supremo de la Wehrmacht, y que como un valiente soldado, estaré preparado en cada momento para defender este juramento con mi vida”. De nuevo, esto ya lo escuché yo aquí, ¡no hace mucho! Y que no tiene nada que ver con el verdadero juramento que deben hacer los miembros de cualquier ejército, que es a su nación, a la Constitución que representa la esencia del ser de la República.
Qué diferencia de militares que promueven este tipo de aberración, con las declaraciones vertidas por el General Dana Pittard, de los Estados Unidos, que, ante el ataque al Capitolio, instigado por Donald Trump, manifestó: “El ejército no debe lealtad a un individuo, y debe enfatizarse de nuevo”.
O el contraste marcado de las declaraciones del Jefe del Estado Mayor Conjunto del Ejército de los Estados Unidos, General Mark Milley, quien se disculpó ante el pueblo de los Estados Unidos por haber participado de ciertas acciones públicas del ex presidente Trump: “No debería haber estado allí. Mi presencia en ese momento y en ese ambiente creó una percepción de los militares involucrados en la política interna”, mientras nuestro ministro de defensa pide que la Fuerza Armada de El Salvador tenga participación en política.
Pero el tema es que nuestro presidente y el Alto Mando de la Fuerza Armada, o al menos el ministro de Defensa, parecen querer decantarse por seguir bastante al “pie de la letra” las lecciones que nos dejó Herr Adolf Hitler.
Pero que no se les olvide, ni a nosotros tampoco: Hitler fue un psicópata asesino, rodeado por otro grupo de dementes y maleantes, que solo le llevaron muerte y miseria, a su pueblo, y al mundo.

ESTE 28 DE FEBRERO, SI NO VOTAMOS, ¡NO NOS QUEJEMOS DESPUÉS!

Médica, Nutrióloga y Abogada

mirellawollants2014@gmail.com