OPINIÓN: Lo que necesitamos

descripción de la imagen
Manuel Hinds / Foto Por Archivo

Por Manuel Hinds

2021-04-15 6:34:26

No puede negarse que el gobierno cargó pesadamente los dados a favor de Nuevas Ideas en los meses que precedieron las elecciones del 28 de febrero. Pero tampoco hay dudas de que los partidos de oposición hicieron mucho para ayudarle. Por años creyeron que el pueblo no podía votar por nadie más que por ellos, ignoraron la necesidad de mejorar la calidad y cobertura de los servicios públicos y se preocuparon solo de formar redes clientelares y de ver para otro lado cuando se volvían cada vez más obvios los problemas de corrupción y de seguridad ciudadana. Este gobierno está en el poder por esas razones. Pero no es distinto a los anteriores, es parte del pasado, no del futuro, y en muchas dimensiones representa el nivel más bajo que hemos alcanzado.

Mucha gente se queja de que nos faltan líderes. pero de qué pueden servir estos si no hay sentido de dirección, si, como pasó en estas elecciones, nadie, ni el presidente, ni sus partidos, ni la oposición, presentaron visiones del país que buscan ni, por supuesto, programas para lograrlas, ni coaliciones serias sino redes clientelares para apoyarlas. Lo que necesitamos no es otro Bukele con otro nombre, ni un relanzamiento de partidos que no tienen ideas ni muestran responsabilidad con la ciudadanía. Esto es lo que nos han llevado a esta situación.

Lo que nadie presentó en esas elecciones es lo que necesitamos: visiones de país con ideas para lograrlas, líderes comprometidos con ellas, y coaliciones ciudadanas formadas para apoyarlos y evitar que se apropien del poder por el poder mismo, como lo hicieron en los últimos quinquenios. Tristemente, hubo candidatos buenos, pero no organizados en partidos con ideas claras. Ninguna de estas cosas se logrará en cinco minutos. No están allí para escogerlas. Todas hay que generarlas, nuevas, surgiendo de un esfuerzo de la ciudadanía.

Con respecto a los líderes es necesario formarlos, muchos y muy variados para poder asegurarse de que todas las instituciones democráticas del país se manejen efectiva y honestamente. Necesitamos una nueva clase política, en la izquierda y en la derecha, lo mismo que una nueva clase de funcionarios públicos bien formados y honestos. Esto a su vez requiere la creación de nuevas escuelas de formación de servidores públicos, de un incremento de la calidad de los estudios de las ciencias sociales y políticas y las profesiones técnicas, de una aplicación estricta de las leyes que demandan la formación notoria del presidente, sus funcionarios y de todos los funcionarios electos, aumentar la vigilancia de asociaciones profesionales sobre lo que hace el gobierno, hacer conciencia en el pueblo de lo esencial que es la transparencia en el gobierno, y de muchas cosas más. El problema es muy de fondo. El público todavía no ha aprendido que los problemas del país hay que discutirlos racionalmente, no con los ataques personalistas que nos han llevado en 200 años a regresar al caudillismo más primitivo de nuestra historia. El pueblo tiene que aprender a escoger mejor. Esto no se va a lograr en poco tiempo.

Son tantas nuestras carencias que, más que ideas y líderes, lo que necesitamos en este momento es la creación de un mecanismo que los genere. La ciudadanía puede ayudar en este proceso con la creación de instituciones que organicen debates electrónicos o presenciales, abiertos a la participación del público, sobre los problemas del país, en los cuales, dentro de las reglas de la discusión civilizada, se hagan concursos para definir problemas y proponer soluciones para ellos, dando premios a las mejores presentaciones juzgadas por su realismo y su profesionalismo. No se trata de que en estos debates se generen las ideas de cada partido que se forme sino más bien promover el surgimiento de las tres cosas que necesitamos: las visiones del país; los líderes que se comprometen con ellas y las promuevan y defiendan; y las coaliciones que naturalmente se irían formando alrededor de líderes e ideas. Más que nada, que la ciudadanía se acostumbre a debatir.

Habrá muchos que digan que esto es muy tardado, que lo mejor es volverse a meter en los mismos partidos de antes sin que haya ningún cambio, que escojamos en cada partido a alguno que se mire más populista, y que nos tiremos hacia adelante, con los ojos cerrados. Pero este es el camino que nos ha llevado a donde estamos. ¿Es que nunca vamos a aprender?

Máster en Economía

Northwestern University