Muere el último rinoceronte de Sumatra

En su caída —al parecer inevitable— nuestra civilización acaba con las especies naturales, envenena el planeta, comercializa el terror de la guerra y expande la irracional arma nuclear de su auto destrucción.

descripción de la imagen
Foto AFP

Por Carlos Balaguer

2019-07-25 7:09:15

El último rinoceronte de Sumatra, en Malasia, ha muerto. Una especie más víctima de la última civilización. Y digo “última” porque la misma se dirige a su inevitable caída —cumpliendo el estigma que recae en todas las civilizaciones terrestres— según consta la Historia y los registros arcaicos: Ninguna civilización ha sobrevivido hasta hoy en el planeta. Todas han cruzado la parábola de auge, esplendor, decadencia y caída. Como en el natural desarrollo humano que describe la curva ascendente y descendente de la vida. Durante el anabolismo ésta asciende —cuando las células crecen y se multiplican en nuestro cuerpo— en la niñez y adolescencia. Luego el proceso se detiene, manteniéndose estable en una recta que va entre los treinta y los cuarenta años. Después de ello comienza el proceso catabólico que es cuando la curva comienza a bajar: las células empiezan a decaer, envejecer y a perder sus facultades vitales hasta llegar a su propia y natural destrucción. En su caída —al parecer inevitable— nuestra civilización acaba con las especies naturales, envenena el planeta, comercializa el terror de la guerra y expande la irracional arma nuclear de su auto destrucción. El último rinoceronte de Sumatra se ha extinguido en el agredido escenario de Natura. La paz mundial también perece. ¿Es la predicción del futuro final de nuestra misma especie?
<Libros Balaguer en editoriales La Ceiba>