Diciembre nuevamente trae consigo una fecha de suma importancia, en especial para los países como El Salvador, y hago referencia al Día Internacional del Migrante, que surge desde muchos años atrás como esa expresión valiente de la determinación individual de superar la adversidad y buscar una vida mejor en un lugar distinto al de origen. Lo anterior trae consigo retos muy complejos para los países en general, que son objeto de situaciones de esta envergadura, ya sea siendo objeto de fuga de personas de su territorio o siendo receptores de personas como lugares de destino para este grupo de seres humanos.
A lo largo de los años, esta situación social ha tomado gran relevancia, debido a ese alto grado de vulnerabilidad al que se enfrenten muchas personas que toman la decisión de marcharse de su lugar de origen, dejando muchos de estos una vida atrás para tratar de empezar una nueva historia en la búsqueda de una estabilidad y un futuro cercano de mas estabilidad y progreso. La movilidad de personas ha generado nuevos retos y oportunidades para sociedades en todo el mundo. También ha servido para subrayar el vínculo que hay entre migración y desarrollo, así como las oportunidades que ofrece para el codesarrollo, es decir, para la mejora continua de las condiciones sociales tanto en lugar de origen como en el lugar de destino.
La migración actualmente mezcla factores de incertidumbre, urgencia, complejidad y desafíos para las naciones, requiriendo con prontitud una mayor cooperación y acción colectiva para poder manejar una migración segura, ordenada y regular. Para ello, entidades no gubernamentales como las ONU juegan un rol destacable y activo en el tema, creando concertar diálogos, acuerdos e interacciones entre países alrededor del mundo, tratando de impulsar ese intercambio de experiencias y oportunidades colaborativas para poder manejar de una forma adecuada la situación.
Según datos de la ONU, existen aproximadamente 68 millones de personas desplazadas por la fuerza, entre las que se incluyen cerca de 25 millones de refugiados, 3 millones de solicitantes de asilo y más de 40 millones de desplazados internos. Por otra parte, si nos remitimos por continentes, Asia acoge cerca del 31% de la población de migrantes internacionales, Europa el 30%, las Américas acogen el 26%, África el 10% y Oceanía, el 3%, datos que no dejan de ser importantes a considerar.
Por lo tanto, es punto principal de agenda de país el diseñar estrategias conjuntas que permitan control de forma más ordenada y efectiva la migración para disminuir el impacto generado en la región por el accionar del crimen organizado transnacional y otras situaciones de violencia, en materia de desplazamiento forzado y de protección de derechos de las personas. Instrumentos Internacionales como el Pacto Mundial sobre Migración, el Convenio Centroamericano de Libre Movilidad, entre otros, deben ser puestos en practica y no quedarse estampados como textos que luego de ser redactados, se guardan en un archivo y se dejan en el olvido.
La migración es uno de los grandes temas en el mundo en el siglo XXI y es necesario establecer acciones bajo el pilar de la dignidad y el respeto a los/as migrantes, independientemente los motivos o circunstancias por las cuales las personas hayan tomado la decisión de migrar, ya que no debe de ser fácil tener que salir de tu tierra, de tu hogar hacia lo desconocido, y todos podemos tener que migrar en un momento de nuestra vida. Es por esa razón que como sociedad debemos tomar conciencia y sumar esfuerzos para que se logre una migración segura, regular y digna.
Abogado, Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas, Decano de la Universidad Nueva San Salvador