Mes del lobby LGTBI y Ley de Identidad de Género

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Por Julia Regina de Cardenal

2018-05-31 10:21:29

Esta semana escuché una ponencia de Fray Nelson en su canal de YouTube sobre la guerra semántica actual y su desplazamiento como instrumento de poder para cambiar mentes y sociedades. El desplazamiento semántico utilizado en toda la historia cambia el significado de palabras manipulando el lenguaje para tocar mentes.

En el siglo XVIII, por ejemplo, “libertad” adquirió el significado nuevo de emancipar, utilizada para sustraerse de las enseñanzas de la Iglesia argumentando “me libero” de lo que cualquier sacerdote quiera “imponerme” porque soy “libre pensador”.

La guerra semántica actual –de grandes medios de poder y de propaganda, incluyendo redes sociales y minorías útiles del lobby LGBTI– usa términos atractivos para conquistar (libertad, igualdad fraternidad, tolerancia, diversidad, mentes abiertas, incluyentes, progreso…) y usa insultos para satanizar, descalificar y atacar (intolerantes. homófobo. dogmático, excluyente, inquisidor, mente cerrada, retrógrado, heridor de sensibilidades…) para afianzar su poder como ley mordaza.

Una palabra clave es “Sexo”. La educación sexual enseñaba de dónde vienen los niños. Ahora enseñar a niños a explorarse para aprender a tener, producir y dar placer sexual a otros, evitando la fecundidad artificialmente incluyendo el aborto como derecho. Siempre se ha enseñado que el sexo es diferenciado y determinado, es decir que los órganos sexuales de niños y niñas son diferentes, conectados con su biología XX o XY en cada célula del cuerpo. Hay algunas variaciones en cromosomas causando diferencias morfológicas XXY llamada Hermafroditismo. Asimismo puede haber mujeres con seis glándulas mamarias en vez de dos, personas con 24 dedos en vez de 20 y otras anomalías accidentales estudiadas en teratología por razones genéticas.

Esto es empleado para promover lo que ahora llaman “sexo fluido” donde supuestamente hay un extremo 100 % mujer, otro 100 % hombre y el resto están en medio de estos extremos. “Fluido (no determinante) significa que podemos cambiar en cualquier momento de acuerdo a nuestros deseos. Es decir, puedo tener cuerpo de mujer pero puedo registrarme legalmente como hombre y obligar a toda la sociedad a aceptarlo o demandarlos si no lo hacen.

La palabra “género” conocida en la historia humana como hecho gramatical: la mesa, el lápiz, la silla… Ahora es una “construcción existencial” que puede reinventarse cuando quiera y las veces que quiera. Padres de familia ya están sometiendo a sus hijos pequeños con tendencias opuestas a su sexo a tratamientos hormonales u operaciones – negocio muy lucrativo. Colegios celebran un día en donde los varones deben vestirse de niñas y viceversa.

“Género” es un vehículo de transformación social basado en el neomarxismo. El marxismo usaba un grupo oprimido en contra del opresores. Gramsci dijo a los obreros maltratados apóyenme y destruyamos a los ricos. Mao también lo hizo en China con campesinos. Fidel Castro en Cuba… El marxismo tradicional perdió su encanto así que se reinventa buscando nuevos grupos para usar enamorándolos. Comienzan con la mujer discriminada. Todos quieren defender los derechos de la mujer pero se manipula un objetivo justo inventando nuevos derechos que no tienen nada que ver con los DDHH universales. Muchos políticos se suben al bus como movida estratégica de populismo.

La palabra matrimonio, unión estable, fecunda y complementaria entre hombre y mujer actualmente se considera enemiga de la “fluidez”. “Si 2 o 3 se aman… ¿qué importa que se casen y adopten? Pobrecitos, tiene derecho”. Se redefine el matrimonio a simple afecto y placer, así puede cambiar de acuerdo al deseo personal. ¿Y la pedofilia y el incesto como preferencias?

Pretenden tolerancia solamente para quienes están con ellos, los demás podemos ser multados o encarcelados y la iglesia silenciada. Pero no tengamos miedo, no seamos esclavos de las presiones de estos grupos. Defendamos la verdad, no permitamos que estas agendas neomarxistas se tomen nuestro país. No a la ley de identidad de género.

Columnista de El Diario de Hoy.
Máster en Desarrollo Humano
Máster en Asesoramiento Familiar