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El colapso de Coatepeque

Está claro que una apuesta por salvar el lago de Coatepeque deberá comenzar por el desarrollo de un diagnóstico ambiental integral, el cual deberá generar información lo suficientemente robusta para preparar planes de intervención en áreas como: 1) Manejo de las aguas residuales, 2) Gestión de los desechos sólidos, 3) Corrección de malas prácticas agrícolas como el mal uso de fertilizantes y agroquímicos, la deforestación y la poca protección de los suelos, y 4) Educación ambiental.

Por Juan Marco Álvarez

La cuenca del lago de Coatepeque, territorio que incluye los municipios de Santa Ana, El Congo y mínimamente Izalco, posee una belleza natural y atractivo turístico muy especial. El crecimiento poblacional, el turismo, la agricultura y las edificaciones como casas y apartamentos de recreo y hoteles, cada vez más generan presión hacia los recursos naturales de la cuenca. Estos impactos se han venido intensificando convirtiéndose en un serio problema para el ecosistema, en especial para el recurso hídrico, lo cual repercute en limitaciones para el desarrollo.

Una de las principales problemáticas, la contaminación biológica del lago generada por las aguas residuales sin tratamiento, responde actualmente a la falta de planificación urbanística y a la construcción de infraestructura que no cumple con la normativa ambiental, al punto que el crecimiento urbano, quintas, zonas turísticas (hoteles y restaurantes), se expanden sin control. Este crecimiento requiere mayor demanda de recursos, como el agua del lago y los pozos, para el desarrollo de actividades diarias. De igual manera el impacto de las malas prácticas agrícolas, incluyendo la deforestación para cultivos intensivos como el maíz, provocan erosión además de la contaminación por exceso de fertilizantes y agroquímicos. La falta de aplicación de normativas adecuadas o legislación ambiental, entre otros factores clave, está generando que se haga un uso de suelo que no es el adecuado para este territorio, promoviéndose además la vulnerabilidad por riesgos de desastres.

El florecimiento cada vez más frecuente de cianobacteria en el lago de Coatepeque responde al aumento de la población, la creciente urbanización, el uso de fertilizantes químicos, así como al aumento de la temperatura (contaminación térmica) provocado por el cambio climático, y lo cual reduce la cantidad de oxígeno en el agua, alterando de esta manera la composición natural del lago. La realidad es que la creciente cantidad de aguas residuales sin tratar aceleran el proceso de eutrofización y que se ha maximizado en estos últimos días, poniendo en riesgo el consumo humano y el uso productivo del agua del lago. La eutrofización sucede cuando la composición del lago se ve alterada por la presencia de fertilizantes u otros productos químicos, alterando la composición de estos, aumentando de esta manera la concentración de nitrógeno (N) y fósforo (P). Se genera una gruesa capa orgánica que impide el paso de luz y oxígeno, provocando grandes problemas en la biodiversidad acuática.

Lo anterior se ve exacerbado por la visitación turística al lago mismo, generada por al menos 415 quintas de recreo, varios hoteles, restaurantes, pequeños negocios de comida y las viviendas de los pobladores locales (8,000 habitantes aproximadamente), que hoy en día poseen servicios deficientes para minimizar su impacto en cuanto a la generación de desechos sólidos y no digamos, tratamiento de efluentes o aguas grises y negras.

Está claro que una apuesta por salvar el lago de Coatepeque deberá comenzar por el desarrollo de un diagnóstico ambiental integral, el cual deberá generar información lo suficientemente robusta para preparar planes de intervención en áreas como: 1) Manejo de las aguas residuales, 2) Gestión de los desechos sólidos, 3) Corrección de malas prácticas agrícolas como el mal uso de fertilizantes y agroquímicos, la deforestación y la poca protección de los suelos, y 4) Educación ambiental.

La sensibilización ambiental es fundamental en la población local, así como en los usuarios del lago, ya sean dueños de quintas, dueños de negocios, y turistas, con el objeto de lograr cambios de comportamiento para la sostenibilidad de los recursos de la cuenca y en particular, del lago mismo. Sin embargo, esta actividad requiere de inversiones sostenidas en el tiempo, por lo menos con programas de una duración de 3 a 5 años como mínimo.

A la fecha, no se cuenta con un diagnóstico ambiental integral que brinde información sobre el estado situacional de la cuenca del Lago de Coatepeque. Este diagnóstico es vital, ya que busca impulsar la sostenibilidad del lago, identificando oportunidades para el desarrollo de planes específicos (mitigación, saneamiento y conservación), y que contribuyan a revertir los impactos ambientales identificados, comenzando por la contaminación del recurso hídrico. Asimismo, el diagnóstico debe dimensionar el nivel de involucramiento de las tres alcaldías/municipios y su disposición a mejorar su papel, incluyendo participación activa en una futura “Autoridad para el Manejo Sostenible de la Cuenca del Lago de Coatepeque” y cuyo objetivo debe ser velar por el bienestar del lago y sus habitantes.

 

*El Lic. Alvarez es Presidente de la Iniciativa para la Acción Climática.

 

 

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